Los Caballeros de Bretonia se han ganado por derecho su reputación de invencibilidad, y pocas son las tropas montadas pueden hacerles frente. ¡Incluso se dice que un caballero bretoniano carga a galope tendido es capaz de crear un camino a través de las paredes de Karaz-a-Karak! Los bretonianos deben esta fama a su propio ardor caballeresco y a su valor, pero también y no menos importante, se lo debe a la magnificencia de sus monturas, el Caballo de Guerra de Bretoniano.
El caballo de guerra bretoniano es la mejor raza equina de guerra en el Viejo Mundo. Esto es debido a que el caballo de guerra bretoniano es en parte descendientes de los corceles élficos de las antiguas colonias de los Altos Elfos que florecieron hace siglos en la tierra que ahora es Bretonia.
Cuando los colonos elfos abandonaron el Viejo Mundo y regresaron a Ulthuan, algunos de ellos decidieron quedarse. Estos elfos eran los antepasados de los Elfos Silvanos del Bosque de Loren. Uno de los linajes élficos que se quedaron se llevaron a sus corceles élficos con ellos hacia la seguridad de los claros del bosque. Una vez aquí, manadas de caballos élficos vagaron libremente por los prados y llanuras alrededor de la abandonada ruinas élficas, cruzándose con los caballos salvajes del bosque. Con el paso del tiempo, esta mezcla de sangre dio como resultado la creación de una nueva raza, el Caballo de Guerra de Bretonia.
Esta nueva raza esquina era muy superior en tamaño y espíritu que cualquier otra en el Viejo Mundo. Los caballos del Imperio son descendientes de los caballos salvajes de las estepas kislevitas y no tienen sangre de los corceles élficos en sus venas. Los caballos de guerra del Imperio y de Kislev son aceptables, pero no tienen el poder y el espíritu del caballo bretoniano. A pesar de que son tal vez más apropiados para un clima más severo, mientras que la raza Bretonia necesita los prados del oeste. Del mismo modo los sementales árabes y los caballos Catayanos también descendió en última instancia de los caballos salvajes de las estepas kislevitas y carecen de la sangre de la estirpe élfica.
Cuando los guerreros de Bretonia comenzaron a ir a la guerra montados en los caballos nativos de Bretonia, encontraron que estos caballos podían soportar el peso de un hombre completamente embozado en su armadura y todavía podían galopar y la cargar una y otra vez sin cansarse. Los caballos eran grandes, poderosos y no carentes de vitalidad. Los Caballeros de Bretonia por lo tanto, hicieron todo lo posible para mantener y mejorar esta raza especial. Un factor muy importante en esto es el pacto de paz con los Elfos Silvanos de Athel Loren. Según los términos de este pacto, de vez en cuando los Elfos debían permitir que los bretonianos obtener algunos de sus preciosos caballos. De esta manera los caballos bretonianos se reponen con sangre fresca de las estirpes élficas puras.
Este acuerdo es único y sin precedentes en ningún otro lugar del mundo. Los Altos Elfos de Ulthuan no permitirían que se llevaran a ninguno de sus caballos fuera del país, a pesar de que no puede evitar que los saqueadores Elfos Oscuros se los roben. Los Elfos Silvanos, sin embargo, saben que su reino está rodeado por dos lados por los bretonianos, que protegen Loren como un baluarte: Nadie puede entrar en Loren desde el norte o el oeste sin tener que luchar contra los Caballeros de Bretonia primero. Desde el punto de vista de los Elfos Silvanos, esta seguridad vale la pena por unos pocos sementales élficos. A cambio, los Elfos adquieren espadas y otras armas manufacturadas con el buen hierro y acero Bretonia, que no pueden hacer en grandes cantidades en su propio reino.
Los Caballos de Guerra bretonianos son muy apreciados y siempre están reservados para los Caballeros de Bretonia. Los hombres de armas deben conformarse con caballos de segunda fila, que carecen de la sangre de los Corceles élficos. Evidentemente, solo un noble puede montar en un purasangre bretoniano, aunque algunos afortunados campesinos serán empleados como mozos de cuadra y podrán incluso dormir en las cuadras de estos caballos.
Estas bestias son tan apreciadas que un decreto real de hace muchos siglos prohíbe la exportación de estos magníficos animales fuera del reino. Todo aquel que viole esta ley, independientemente de que sea extranjero o del pais, solo puede esperar que un ejército de furiosos caballeros bretonianos vaya a por él para traerlo de vuelta. Los Caballeros de Bretonia, naturalmente, no quieren que nadie más tenga monturas tan magníficas como la suya. Aun así, usted tendría que tener la rectitud y la nobleza de un verdadero caballero de Bretonia para montar en uno de los caballos de guerra bretonianos ¡Pues no soportan a guerreros de baja estofa en sus espaldas!
Fuentes
Libro de ejército Bretonia 5ª edición
Libro de ejército Bretonia 6ª edición