La de los Caballeros del Grifo de Jade es una orden templaria dedicada a Sigmar, que intenta superar la vergüenza de Aekold Helbrass, el caballero que se convirtió en campeón de Tzeentch. Sus miembros buscan erradicar su pasado vergonzoso o redimir la orden a ojos de su dios patrón y del Emperador. Vociferantes en su odio del Caos, luchan con zweihänders.
Descripción[]
Los Caballeros del Grifo de Jade son temibles guerreros y se entrenan religiosamente con sus característicos zweihänders. Su habilidad y su fervor les han granjeado renombre en todo el Viejo Mundo. A menudo, pequeños grupos de caballeros organizan expediciones para descubrir y erradicar infestaciones del Caos; la orden se asegura de que estas misiones sean todo lo públicas posible. La orden tiene una relación tensa con los cazadores de brujas de Altdorf, quienes ven a los caballeros del Grifo de Jade como un recurso para combatir a los enemigos del Imperio, pero siempre sospechan que alberguen la herejía en sus filas.
Y es que de entre sus filas se alzó uno de los mayores Campeones del Caos que el Imperio haya conocido nunca. La tragedia de Aekold Helbrass supura como una herida abierta entre los orgullosos guerreros de los Caballeros del Grifo de Jade. Una nube de sospecha sobrevuela la orden templaría: de donde ha surgido un Campeón del Caos, es muy probable que surjan otros.
Aunque ya han pasado muchos años, todos y cada uno de los caballeros de la orden se saben de memoria la caída de Helbrass, verso a verso. Aunque Aekold Helbrass gozaba de todos los lujos de vivir en una mansión opulenta en el mejor barrio de la capital, su vida de riqueza y poder le sabía a ceniza. Quería más: quería cambiar el mundo. Y así, ingresó en una sociedad secreta: la Hermandad del Águila Dorada. Tras dedicar más y más tiempo a su causa, cayó cada vez más bajo la influencia del Señor del Cambio, hasta que finalmente su secreto fue revelado. Sus compañeros de la orden fueron a arrestarle, pero cuando no quisieron escuchar sus palabras, cayeron bajo su espada. Helbrass huyó de Altdorf dejando atrás a su afligida familia y a su novia. Poco se sabe de lo que sucedió después, pero dice la leyenda que Aekold Helbrass viajó al norte, a los Desiertos del Caos. Cuando surgió de las sombras, iba a la cabeza de un ejército de Tzeentch, habiéndose transformado en un auténtico campeón del Caos.
La traición de Aekold Helbrass ha creado una cultura de paranoia entre los caballeros. Cada miembro de la orden se enfrenta a incesantes interrogatorios para asegurarse de que no sufre influencias corruptoras. Ésta es una orden que tiene mucho que demostrar, tanto a sí misma como a las demás órdenes de caballería.