"Te digo que son construcciones mágicas, carentes de voluntad propia. Sin otra voluntad que las dirija, permanecerían inmóviles durante horas, aunque te garantizo que sus formas rezumantes podrían continuar moviéndose lentamente, pero eso es tan sólo indicativo de su estado natural. Son asesinos estúpidos, no muy distintos de las formas más básicas de muertos vivientes. Sin embargo, creo que su naturaleza elemental les hace más peligrosas que cualquier esqueleto. Sus capacidades de recuperación se dice que rivalizan con las de un troll y esto tiene sentido, aunque sospecho que precisarían de una inmersión o al menos una exposición a un pantano para remplazar el "tejido" perdido."
- —Waldemarr, sabio de Nuln.
También conocidas como Bestias del Pantano, las Bestias del Cieno son constructos mágicos, bestias poco comunes creadas a partir de material de pantanos y ciénagas donde muchos murieron en batalla, formadas a base de fango, rocas, detritos de las marismas, pantanos y del campo de batalla y todo tipo de materiales, y animados por artes místicas. Son criaturas antinaturales que apestan a ciénaga y que están rodeadas por el toque de la tumba. Suelen invocarse de las marismas y pantanos, y saldrán de entre la niebla para llevar a cabo las voluntades de su maestro.
La presencia de una Bestia del Cieno suele indicar la presencia de un nigromante u otro tipo de hechicero, a menudo uno con malas intenciones. Las Bestias del Pantano casi carece de voluntad, y si se aleja más de 48 metros de quien lo invoco se deshará. No son oponente perspicaces, pero esto puede cambiar si quien las controla tienen suficiente habilidad.
Historia[]
"Oh, sí, he oído hablar de ellas, pero todo es una gran mentira. Verás, a algunos ogros listos (algo muy poco común) se les metió en la cabeza que si se cubrían de fango y actuaban como "monstruos del pantano" podrían asustar con facilidad a los viajeros y hacer que dejaran abandonadas sus cosas. Sirve para demostrar lo crédula que es la gente de pueblo. ¿Yo? Nunca me engañarían con ese truco. Claro que la razón de que los ogros quieran hacer eso se me escapa."
- —Erich el Escurridizo
Las Bestias del Pantano han sido vistas en el Imperio ya hace varios años. De hecho, existen algunos sabios que especulan que la primera aparición de una Bestia del Pantano fue varios años después del redescubriemento de Albión. Sea como sea, ahora un pequeño grupo de ellas vagan por el Viejo Mundo. Lo razonable sería que se mantuvieran en los pantanos, pero han sido vistas en los bosques del Imperio así como en las montañas. Lo que quieren, o incluso si quieren algo, es asunto de debate entre los sabios.
Algunos cazadores de brujas están preocupado con la actual aparición de Bestias del Cieno en el Imperio. Aunque existen algunas Piedras Ogham en el Viejo Mundo, son distintas a las de Albión y todas ellas se encuentran lejos de los pocos poblados pantanos del Imperio. Viendo que la mayoría de las Bestias del Cieno parecen tener algún tipo de maestro que las dirija, esto sugiere que un hechicero o un nigromante ha descubierto un nuevo modo de crear bestias del cieno, una oscura posibilidad que ni a los cazadores de brujas o los sacerdotes de Morr les gusta en absoluto.
Aunque no están vivas en el sentido convencional, ya que no se trata en absoluto de criaturas vivas. La Bestia del Cieno es conducida por las almas de los muertos y animada por rituales oscuros, por lo que no sienten dolor ni tienen concepto de miedo. Son tan resistentes que pueden hacer caso omiso de los ataques más violentos, incluso soportar el impacto de una bala de cañón, reformando su cuerpo alrededor de la herida abierta e incluso haciendo que les vuelvan a crecer extremidades, si ello es necesario.
Cuando son invocados para la guerra, la Bestia del Cieno ataca con una fuerza elemental increíble, pues extraen su poder directamente del suelo que hay bajo sus pies para aplastar a los enemigos con sus puños, tan poderosos como arietes. No tienen sentimientos, son bestias valientes que no se detendrán siempre que perdure la voluntad de su maestro.
Tal es la durabilidad de las Bestias del Cieno, que la única cosa que impide su uso generalizado por parte de magos y hechiceros es la inmensa cantidad de energía que se necesita para crear uno a partir de la tierra fértil y mantenerlo en funcionamiento. Una Bestia del Cieno que se aparte de una fuente mágica durará apenas minutos antes de consumir toda la energía arcana que se acumula su cuerpo y desmoronarse de nuevo en una pila de fango y materia en descomposición. El Colegio de Magia de Jade en Altdorf mantiene una pequeña hueste de Bestias del Cieno esclavizadas a disposición de sus hechiceros de mayor rango, pero para mantenerlas operativas son necesarios los cánticos incesantes de varias docenas de aprendices.
La creación de la Bestia del Cieno requiere dos componentes físicos clave. El primer elemento obvio es una cantidad considerable de materia vegetal húmeda y en descomposición. Por esta razón, la mayoría de las Bestia del Cieno se construyen lejos de la civilización en ciénagas, marismas y pantanos. El Colegio Jade de Altdorf tiene la ventaja de que puede enviar numerosos aprendices (algunos incluso voluntariamente) al campo alrededor de Altdorf para dragar y extraer las malezas podridas y el estiércol de los afluentes obstruidos por los sedimentos del Reik, trayendo carretas de vuelta a los talleres del colegio.
El segundo elemento crucial es el llamado corazón de piedra de la Bestia del Cieno. En el centro de cada bestia del pantano hay un trozo de roca - en Albión, estos son fragmentos de Piedras Ogham, talladas con antiguas palabras mágicas. Sin embargo, podrían ser cualquier piedra adecuadamente tallada con símbolos mágicos diseñados para atraer los Vientos de la Magia. Esta atracción sostiene la vida mágica de la bestia del pantano después del ritual.
Por supuesto, una vez que una tormenta de magia desciende sobre el mundo, los apetitos de las Bestias del Cieno se vuelven muy fáciles de mantener, incluso para un hechicero de poca experiencia. No obstante, al igual que ocurre con todos los constructos mágicos, una sola palabra equivocada a la hora de vincular a la Bestia del Cieno puede resultar fatal para su amo, pues al ser él mismo el conducto de los Vientos de la Magia, se convertirá en la fuente de alimento más evidente y apetecible para una Bestia del Cieno famélica.
Debe reconocerse que una Bestia del Cieno no necesita ser en realidad, bueno, una Bestia del Cieno. Los Hechiceros Jade han experimentado en bosques, creando construcciones similares a partir de agujas de pino y piñas, hongos, musgo y líquenes. Del mismo modo, existe la leyenda del llamado Caballo Podrido del Callejón del Desollador en Altdorf, en el que una vil masa de piel, huesos y cadáveres de caballos podridos, coronada por tres cabezas de caballos desolladas, se volvió loca antes de ser sacrificada. Los Hechiceros Jade que ayudaron a destruirlo sospecharon que se trataba de una piedra corazón encantada para atraer Dhar, aunque ese objeto nunca se recuperó.
Su uso en Albión[]
El trasfondo que puedes leer en este artículo esta basado en información de la campaña mundial, La Sombra sobre Albión.
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"Son horribles criaturas, creadas por rituales místicos en lugares abandonados en lo profundo de los pantanos insondables de Albión, donde algún caminante perdió antes su vida. Sus formas suelen estar hechas de barro de pantano y detritus de las ciénagas. Sus gritos son tan extraños como tristes. Una especie de hechicero suele acompañar a una bestia del cieno, pero no siempre. el espíritu que habita en su interior busca continuamente. venganza contra los vivos y por eso matan sin parar a menos que sus maestros les digan lo contrario. Un Sacerdote de Morr puede hacer que una de ellos descanse, pero no es una tarea sencilla."
- —Metrious Null de En la isla cubierta de niebla
"Olía a podredumbre. Como agua estancada o margo de una ciénaga. No caminaba tanto como rodeaba hacia delante, chorreando todo el rato por su piel limo rancia, corrompiendo el suelo por el que caminaba. Peter se lo hizo encima y corrió nada más verlo. Nunca se lo he tenido en cuenta; mis miembros se quedaron si la mayor parte de su fuerza cuando me miró. Aún así conseguí darle un mandoble o dos, pero mi espada tuvo tanto efecto como lo tendría si la clavara en un pantano. No fue hasta que Thiokol le dio a probar un poco de su martillo de guerra cuando realmente nos presto atención. Mató a cuatro hombres antes de que lo derribáramos. Incluso cuando estuvo en el suelo intentó volverse a levantar. Sólo cuando Diehl clavó una buena cantidad de acero tileano de calidad en la espada de su maestro dejó de moverse."
- —Leonhard, Mercenario
Las Bestias del Cieno se dice que son originarias de la isla envuelta en niebla de Albión, una antigua tierra que se piensa que no era sino una leyenda hasta hace sólo unos pocos años, cuando la casualidad permitió su redescubrimiento y el rumor de sus riquezas se esparció por el Viejo Mundo. Aventureros, expediciones e incursores de toda raza y nación donde lucharon para reclamar algunas de las "vastas riquezas" de la isla para sí. Los rumores dicen que la mayoría de ellos no encontrar nada aparte de una dolorosa muerte entre los antiquísimas rocas Ogham que cubren la isla. Las Piedras Ogham, en conjunción con un grupo de místicos herméticos, con lo que las Bestias del Cieno llegan a existir. La tierra de Albión está saturada de magia. Las Piedras Ogham atraen la energía mágica hacia la isla y el suelo, las rocas, las plantas e incluso la niebla, la lluvia y el aire están saturados de magia.
LosArúspices y los Emisarios Oscuros pueden controlar toda esta energía de múltiples maneras, bien canalizándola a través de los Círculos Ogham, bien tomándola en bruto del propio aire y de la tierra. Una de las formas que tienen los hechiceros de Albión de aprovechar esta energía mágica es invocar a los monstruos elementales conocidos como Bestias del Cieno.
Albión es una tierra de marjales y lodazales. Muchas criaturas perecen intentado cruzarlos, arrastradas hacia una fangosa tumba. Es en estos lugares donde confluyen las fuerzas arcanas de Albión, atraídas por la muerte. Cuando alguien muere, se dice que su alma queda atrapada en el cenagal, incapaz de escapar. En estos lugares, un hechicero puede realizar ciertos rituales para invocar a ese espíritu atrapado. Se hunde una piedra del tamaño de un puño grabada con los símbolos mágicos de Ogham en el lugar en el que está atrapada el alma. Después se realiza un ritual en el que la sangre del invocador ata al alma a su voluntad, el alma y el pantano se hacen uno y cobran la forma de un gimiente espíritu demente. Entonces; la Bestia del Cieno emerge de su tumba de barro, con la Piedra Ogham parpadeando con energía mágica en el centro de su cuerpo. Estas criaturas no tiene ninguna voluntad en absoluto; en lugar de ello, son guiadas por la mente de su creador.
Creadas a partir del barro y los detritus de los marjales, las Bestias del Cieno no son criaturas vivas en ningún sentido, no sienten dolor y pueden volver a dar forma a miembros que les vayan deformando o mutilando en combate. Poseen la fuerza de los elementos y extraen energía de la tierra que pisan para golpear a sus enemigos con unos puños poderosos como arietes. No sienten ninguna emoción y son bestias sin miedo que luchan sin cesar mientras sigan sintiendo la voluntad de su amo.
Miniaturas[]
Imágenes[]
Fuentes[]
- Campaña: La Sombra sobre Albión (6ª Edición), pág. 12.
- Suplemento: Tormenta de Magia (8ª Edición), pág. 131.
- Warhammer Fantasy JdR: Bestiario del Viejo Mundo (2ª Ed. Rol).
- Warhammer Fantasy JdR: Winds of Magic (4ª Ed. Rol), pág. 172.