
Mastines Legamosos, Saltadores Pútridos, Tentaculares Perros de Plaga.
Las Bestias de Nurgle (Gu'nagh'ghyran en Lengua Oscura) son inmensos y pesados demonios, tan estúpidos como peligrosos, que solo pueden describirse como una aberración horrenda, pues su aspecto es mórbido e irrefutablemente feo (y son horriblemente feos). Su cuerpo es pegajoso y viscoso debido a la capa de cieno infecciosa que se filtra desde cada uno de sus poros y orificios.
Causa parálisis por mero contacto y sus viscosas secreciones pudren todo lo que cubren. Su proximidad es suficiente para matar pequeños animales y plantas, e incluso las grandes criaturas pueden envejecer y descomponerse perceptiblemente en su presencia. De hecho, su pestilencia es tan grande que los pájaros caen muertos del cielo, los árboles se marchitan y mueren, y la hierba se convierte en ceniza en varios metros a su alrededor.
Sin lugar a dudas, las Bestias de Nurgle son la personificación del infinito entusiasmo y regocijo en la descomposición acelerada de su creador, el dios Nurgle.
Descripción[]

A pesar de su espantosa apariencia y sus letales atributos, la Bestia es una criatura amistosa y cariñosa que se comporta en todos los aspectos exactamente igual que un cachorro demasiado sociable y entusiasmado. Reclama atención, saludando a los recién llegados baboseándolos y acariciándolos por todas partes con sus viscosos tentáculos. Cuando ya se han excitado lo suficiente, casi nunca logran contenerse, dejando pequeños montones de baba acre a su paso. Todas estas atenciones no son un problema para las otras criaturas de Nurgle, pero tienden a matar rápidamente a los mortales.
Cuando el nuevo amigo de la Bestia deja de moverse, su interés pronto cambia hacia otro objetivo, y de esta manera la criatura, excitada y afectuosa, envenena y mata todo lo que toca. Como la Bestia de Nurgle tiene una inteligencia muy rudimentaria, nunca anticipa el resultado de su alborotado comportamiento, y registrando una ligera sensación de desilusión cuando cada nuevo amigo se vuelve inmóvil, aburrido y silencioso.
Las Bestias de Nurgle se congregan en manadas junto al borde de la turbulenta oscuridad que delimita la frontera entre la Umbra y el Reino del Caos, alimentándose de nurgletes y de otros demonios que surgen del Aethyr. En muy raras ocasiones estas manadas se desplazan hacia el sur, hacia los territorios de caza de los kurgan y los hung, donde muchas de estas criaturas acaban siendo abatidas. Las Bestias de Nurgle sólo son vistas durante Incursiones del Caos, pero los embusteros y los lunáticos afirman haberlas visto.

Las Bestias de Nurgle no parecen tener ningún propósito. Son un tanto peligrosas en el campo de batalla, ya que al moverse aplastan por igual tanto a sus propios aliados como a sus enemigos. No son muy rápidas, pero dejan un rastro legamoso tras sí mientras se mueven, al igual que un caracol o una babosa, y todo lo que entra en contacto con el rastro de babas que dejan al caminar puede terminar atrapado y morir. Con todo, varias de las víctimas de la Bestia no quedan realmente muertas; sus cuerpos flácidos y aparentemente muertos están simplemente paralizados, de forma que después de la batalla la Bestia pueda regresar a por ellos.
En combate, las Bestias corretean impacientes de un lado a otro, ansiosos de encontrar nuevos amigos, revolcándose constantemente e invitando a los Portadores de Plaga a que les rasquen el lomo y revienten sus pústulas. No hay ni que decir que las Bestias causan más muertes y confusión entre sus enemigos con un gran entusiasmo e inapropiada amabilidad que si se hubieran decidido a causar realmente daño. Los Portadores de la Plaga intentan mantener el orden, animando a las Bestias a que se muevan en determinadas direcciones o que ataquen o se repriman, dependiendo del momento; aunque estos intentos suelen ser en vano. Las Bestias de Nurgle ven a los Portadores de la Plaga como sus amos y amigos especiales y los observan para seguir sus instrucciones. Las Bestias son criaturas tremendamente leales y siempre están ansiosas por complacerlos, por eso luchan a su lado antes de dirigirse alegremente a la búsqueda de nuevos amigos.
Los cultistas del Caos de Nurgle que tienen acceso a rituales prohibidos a veces invocan a una de estas criaturas del Reino del Caos para proteger sus templos secretos. Las Bestias de Nurgle son leales incluso a los seguidores mortales del Caos y, a diferencia de la mayoría de los demonios, por lo general no tratan de devorar a sus invocadores, pudiendo ser entrenadas. Sin embargo, los cultistas deben recordar siempre realizar los rituales de contención necesarios si no quieren ser reducidos a una masa putrefacta debido a las entusiastas atenciones de su Bestia de Nurgle.
Aspecto[]

Estos seres son el producto de un exceso de corrupción en la zona, y combinan los rasgos de diferentes criaturas en una única y aterradora abominación.
Una Bestia de Nurgle tiene el cuerpo tan blando, viscoso y pegajoso como una pálida y gigantesca babosa con manchas negras, recubierta de brillantes secreciones húmedas y coronada por una cabeza babeante descomunal, llena de colmillos y rematada por una orla de gruesos tentáculos por los cuales exudan una mucosa paralizante. A lo largo de su húmedo cuerpo le crecen unos pinchos afilados como cuchillas que asoman por lugares aleatorios. Aproximadamente en la mitad del tronco tiene un par de piernas inútiles que acaban en zarpas palmípedas que agita de forma inservible. El cuerpo de la criatura acaba en una larga cola provista de un aguijón afilado y que menea constantemente.
Aunque tiene un aspecto vagamente uniforme, las Bestias están sumamente corrompidas y presentan numerosas mutaciones y alteraciones, lo que les proporciona una gran variedad de capacidades y rasgos impredecibles.
Miniatura[]
Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: El Caos (4ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Demonios del Caos (7ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Demonios del Caos (8ª Edición).
- Warhammer Fantasy JdR: Tomo de Corrupción (2ª Ed. Rol), pág. 227.
- Warhammer Fantasy JdR: Liber Infectus (3ª Ed. Rol).
- Suplemento Realms of Chaos - The Lost and the Damned (3ª Edición).