
Bel Shanaar era el príncipe gobernante de las llanuras de Tiranoc y pasaría a convertirse en el segundo Rey Fénix de los Altos Elfos. Fue el primero elegido de entre iguales en el Primer Consejo en Avelorn, y reinó del 1 al 1670 del segundo reinado del calendario élfico (del -4419 al -2750 CI). Después de un año de la muerte de Aenarion el Defensor le sucedería en el trono. Se desposaría con Yvraine, la Reina Eterna, hija de Aenarion. Sería conocido como Bel Shanaar el Explorador.
Tras su muerte, le sucedería en el Trono del Fénix Caledor I el Conquistador.
El Segundo Rey Fénix[]
Tras la desaparición de Aenarion, las tierras de Ulthuan quedaron sepultadas en la confusión. La Reina Eterna Astarielle estaba muerta, el Rey Fénix había desaparecido y Caledor Domadragones se hallaba atrapado para toda la eternidad en la Isla de los Muertos junto a los más grandes y sabios de los magos. Los restantes príncipes de los reinos se reunieron en Avelorn, en el Claro de la Eternidad, un año después de la desaparición de Aenarion para elegir a un nuevo Rey Fénix.
Allí se reveló que los primeros hijos de Aenarion, Morelion e Yvraine, seguían con vida. Sintiendo que se acercaba la catástrofe, su madre los había enviado a un escondite en el Valle Gaen. Perdidos, habían sido rescatados de un ataque del Caos por el hombre árbol, conocido en Avelorn como Corazón de Roble, y su pueblo. El hombre árbol los había mantenido a salvo en lo más profundo del bosque mientras duraba la guerra. Yvraine estaba a punto de ser coronada nueva Reina Eterna. Astarielle viviría en su espíritu, y con ella se perpetuaría el linaje de Reinas Eternas que había existido desde los albores de la civilización élfica.
Regencia de Bel Shannar[]
La opción obvia para suceder al Rey Fénix era Malekith, el hijo de Aenarion y Morathi. Había crecido para ser un poderoso guerrero, un gran hechicero y un general excelente. Pero los que se acordaban de los días crueles de la corte de Aenarion en Nagarythe dudaban de que cualquier niño que hubiese crecido en ese lugar pudiese estar completamente cuerdo. Malekith dijo que no deseaba el título para él mismo, sino para honrar la memoria de su padre. Sin embargo, si los príncipes no se lo pedían, juraría lealtad a cualquier otro al que eligiesen. Los príncipes pensaron en las bellas palabras que había pronunciado y le tomaron la palabra. De entre ellos eligieron a Bel Shanaar, Príncipe de Tiranoc, un Elfo que se había distinguido en el combate y que entonces era reconocido como una voz de la paz y la razón. Morathi elevó sus protestas al no haber sido elegido su hijo, pero este la tranquilizó y se mostró de acuerdo en que había sido una buena elección. Fue el primero en doblar su rodilla ante el futuro Rey Fénix.
Así empezaron los grandes días de exploración. Se establecieron colonias en Lustria y en el Viejo Mundo. También se estableció contacto con los Enanos y empezó una gran época de comercio y amistad. Bel Shanaar, marino de habilidad sorprendente, visitó personalmente las nuevas colonias e incluso se aventuró a visitar Karaz-a-Karak en las Montañas del Fin del Mundo para llevar a cabo el juramento de amistad con los Señores Enanos. Malekith se convirtió en su embajador personal en este territorio y así se plantaron las semillas de la tragedia.
Los Elfos se extendieron y se multiplicaron y la prosperidad volvió a Ulthuan. Las ciudades volvieron a convertirse en lugares llenos de belleza y maravillas una vez más. Pero, aunque la gente no se dio cuenta, lenta e insidiosamente el Caos regresó. Y lo hizo de una forma contra la que no había defensa posible: los Cultos del Lujo y del Placer.
Culto de los Excesos[]
Mientras tanto, Malekith había llevado a cabo muchos viajes y había ganado gran renombre. Lideró ejércitos contra los Orcos que plagaban el Viejo Mundo y dio caza a los restos de los ejércitos del Caos. Se aventuró a buscar la armadura de su padre en la Isla Marchita y quedó transfigurado ante el Altar de Khaine. En las antiguas colonias del norte del Viejo Mundo, entre las ruinas de una antigua civilización humana, encontró la Corona de Hierro, un talismán de un terrible poder de brujería.
A su regreso, halló una isla que despertaba muchas sospechas. Los cultos de los excesos eran muy fuertes en Nagarythe, su tierra natal. Su madre, la Dama Morathi, hacía mucho que era devota de estos cultos. De hecho, la leyenda afirma que era una de sus fundadoras y su sacerdotisa mayor. El Rey Fénix empezaba a preocuparse por el culto. Sus excesos ya habían degenerado en sacrificios de seres vivos y su naturaleza caótica empezaba a ser evidente. Los nombres oscuros de dioses prohibidos se asociaban cada vez más con los cultos.
Malekith quedó horrorizado por lo que encontró en Nagarythe. Denunció a todo el grupo de adoradores del placer, incluida su madre, y los entregó al Rey Fénix. Malekith, siguiendo las órdenes del Rey Fénix, se enfrascó en la búsqueda de miembros del culto. Parecía como si los cultistas se hubieran integrado en todos los niveles de la sociedad. Nadie estaba a salvo de su escrutinio. Se emprendieron acciones militares contra los cultistas y Malekith convocó a los príncipes de Ulthuan a un concilio de guerra en el Templo de Asuryan.
Regicidio y Traición[]

En la víspera del concilio, se reveló el peor de los horrores. Malekith afirmó que el propio Rey Fénix era un miembro secreto del culto y, antes de que Bel Shanaar pudiera negarlo, Malekith le envenenó.
Con esta acción, se hizo patente que Malekith había ido demasiado lejos. Nadie podía creer que el propio Rey Fénix había sido un adorador del culto. Ciertamente no los príncipes reunidos allí, que habían conocido a Bel Shanaar tan bien y durante tanto tiempo. Al final, las sospechas empezaron a recaer en Malekith, pero entonces fue demasiado tarde. Malekith y sus seguidores ya habían tomado el Templo de Asuryan. Los príncipes y sus guardias personales se encontraban atrapados entre sus garras. Además, tenía un acuerdo secreto con sus compatriotas de Nagarythe, lo que significaba que un ejército de cultistas estaba dispuesto a imponer su voluntad sobre los Elfos, ahora sin líder.
Creyendo que todo lo que tenía que hacer era autocoronarse y matar a los príncipes, Malekith se dirigió hacia el fuego sagrado, seguro de sí mismo; ya que, si su padre había aguantado el sacrificio, él podía hacerlo igual. Pero estaba equivocado. La Llama de Asuryan no permitía que un cuerpo corrupto pasase a través de ella sin sufrir daño. Sus gritos fueron tan terribles que nadie de entre los que llegaron a oírlos pudo olvidarlos hasta el día de su muerte. Malekith quedó atrapado entre las llamas y su cuerpo quedó terriblemente quemado y desfigurado. Incapaz de cruzar las llamas, consiguió lanzarse hacia atrás a la plataforma desde la que había entrado. Viendo a su líder a las puertas de la muerte, los seguidores de Malekith recogieron su cuerpo y huyeron del templo dejando a la mayoría de los príncipes élficos muertos en su interior. Estaba a punto de iniciarse una era de tragedias y guerras.
Familia Conocida de Bel Shanaar[]
- Elodhir - Era el hijo de Bel Shanaar, quien fue asesinado por el príncipe Bathinair de Yvresse en el Templo de Asuryan cuando Malekith trato de hacerse con el Trono del Fénix. Elodhir estaba casado con Lirian y con ella tuvo un hijo llamado Anataris.
- Yrianath - Sobrino mayor de Bel Shanaar, actuó como regente de Anataris como Príncipe Soberano de Tiranoc, ya que solo tenía 3 años a la muerte de su padre.
Curiosidades[]
- La mayoría de las colonias de los Altos Elfos alrededor del mundo se fundaron durante el reinado de Bel Shanaar.
- De entre todos los Reyes Fénix, el reinado de Bel Shanaar fue el más largo con 1.670 años de duración.