
Cuando el Rey Belegar Martillo de Hierro envió mensajes a Karaz-a-Karak solicitando ayuda, consiguió mucho más de lo que esperaba. La fuerza de apoyo la formaban diez mil Guerreros Enanos ataviados con cota de malla liderados por el Gran Rey Thorgrim Custodio de Agravios. Así se rompió el asedio a la ciudadela de Karak-Ocho-Picos y se lanzó una nueva ofensiva para reconquistar las principales salas subterráneas.
El Gran Rey inició el ataque atravesando las puertas de Karag-Nar, mientras el Rey Belegar desalojaba la ciudadela fortificada. La lucha fue feroz, con hachas y martillos enfrentándose a las lanzas y colmillos afilados. El fuego de la ira de los Enanos estaba candente y la presencia del Gran Rey cambió la situación. Los Enanos limpiaron los dos primeros niveles y sus fuerzas avanzaron hacia la Gran Sala. Pero Skarsnik, el líder de la tribu Luna Torzida, vació sus reservas, enviando una oleada tras otra de atacantes. En medio de bosque de columnas rotas, la lucha se prolongó durante tres días sangrientos. Gracias a su pura determinación, los Enanos alcanzaron la Gran Sala, capturaron el Eztandarte de la Luna Torzida y derribaron el ídolo que los pieles verdes habían invocado para que les ayudase, pero no eran suficientes para resistir. Aunque les causó gran pesar, quemaron sus muertos tras ellos y marcharon de regreso a sus posiciones iniciales antes de que los pieles verdes se recuperasen, o los Skavens se unieran a la refriega.
Fuente[]
- Ejércitos Warhammer: Enanos (8ª Edición).