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Revisión del 13:43 20 nov 2017

Bardin Goreksson Montaraz Enano Vermintide

Bardin Goreksson.

"No tiene nada de malo. La Perdición de Broggi Manopétrea es una buena canción para acompañar una cerveza o doce. ¡Sin duda alguna! Una buena historia de agravios saldados y enemigos tirados como leña en la ladera."

Bardin Goreksson

Puede que sea el más bajo del grupo de héroes de Übersreik, pero el Montaraz Enano Bardin Goreksson ciertamente lo compensa con ferocidad, determinación y ánimo. Gregario, orgulloso y sin temor a ofender, Bardin suele ser visto cargando a lo más duro de la batalla, blandiendo con fuerza su hacha o su martillo y dejando a su paso un rastro de cadáveres Skavens. Una vez obtenida la victoria, no obstante, será el primero en volver a la taberna, rugiendo y riendo a todo volumen como solo un Enano puede hacerlo.

Historia

Vermitide

Bardin es un Montaraz de las Montañas Grises, encargado de mantener a salvo las fortalezas de Karak-Ziflin y Karak-Norn de los ataques desde la superficie. Los Montaraces vagan por territorios muy amplios, atentos siempre a los signos de actividad enemiga. Fue en una de estas expediciones cuando Bardin se encontró con la entrada a una mina abandonada. La mina era claramente de origen Enano, pero a pesar de haber pasado incontables décadas recorriendo las Montañas Grises, no era una que Bardin reconociese. La entrada debía haber estado oculta hasta hacía poco, quizás revelada por un deslizamiento de tierras.

Sin pensárselo dos veces, Goreksson entró, deteniéndose solo para desenfundar su fiable hacha. La mina era básicamente como esperaba, y hacía mucho que se habían agotado sus vetas valiosas. Profundizando, el Montaraz se encontró con cuatro cadáveres Enanos vestidos con harapos podridos, que recordaban a ropas dispuestas para un largo viaje. Junto a los cuerpos había un montón de ratas muertas hacía mucho, y el inconfundible cadáver de un hombre rata. En sus garrudas manos esqueléticas había un pedazo maltratado de pergamino con las letras Enanas del Klinkarhun escritas en su superficie.

Bardin Goreksson Montaraz Enano Arte Conceptual

Dentro de la mochila de uno de los Enanos muertos había otro trozo desgarrado del mismo pergamino. Bardin juntó los pedazos y descubrió, con el corazón acelerado, que tenía ante sí un antiguo mapa. Lo que le excitó de esta forma era que el destino del mapa era Karak-Zorn, la infame fortaleza perdida de los Enanos que se encontraba oculta en algún lugar en el extremo meridional de las Montañas del Fin del Mundo, en las Tierras del Sur. El mapa tenía una utilidad limitada, no obstante, ya que la mitad de las claves e indicaciones secretas del mapa estaban escritas en una variante del Klinkarhun que no conocía.

Al regresar, Bardin intentó varias veces encontrar financiación y apoyo de los clanes para formar una partida de exploración, pero todo lo que encontró fueron risas y burlas en todas las fortalezas de las Montañas Grises, una humillación que solo reafirmó su resolución de perseguir su objetivo.

Ahora viaja hacia Übersreik, ya que le han llegado noticias de la gran comunidad de Enanos que allí vive. Se dice que una tienda de antigüedades al lado de la Marktplatz posee un gran tomo Enano. Según el rumoreador al que pagó buen oro Enano, las páginas del libro están cubiertas de desgastadas runas escritas en una versión largo tiempo desusada del Klinkarhun, y bien podría ser la clave para entender el mapa del bastión perdido. El Montaraz se dispone a comprar este libro tras haber negociado un precio justo. Huelga decir que lo que Bardin considere un precio justo puede ser muy distinto de lo que opine el anticuario, pero las habilidades de negociación del Enano (gritar muy alto hasta conseguir lo que quiere) son formidables.

Vermitide II

Driven by his search for the lost dwarfen hold of Karak Zorn, Bardin has been somewhat side-tracked by the ceaseless Skaven interference. Yet he stays true to his spirit, fighting the good fight as a hero whose deeds do his ancestors proud!

Armas

Nada alegra tanto a Bardin como blandir un hacha o un martillo, abriéndose camino brutal y eficientemente a través de los Skavens. Sin temor en el combate, nunca duda en lanzarse a la refriega.

Para la lucha a distancia, puede optar entre su Rociaagravios para descargar daño de área a corto alcance, o la precisión y el alcance del Arcabuz Enano o la Ballesta Enana.

Cuerpo a cuerpo

  • Gran Hacha Enana - Es perfecta para diezmar rápidamente a grandes grupos de enemigos a base de potentes barridos.
  • Gran Martillo Enano - Pocas cosas hacen disfrutar tanto a Bardin como blandir esta arma para vapulear, machacar y aplastar a los despreciables hombres rata.
  • Hacha de Batalla Enana - Esta hacha Enana de mano permite a Goreksson ser más rápido con los pies, aturdir a los enemigos incautos, mantener ocupados a grandes grupos de enemigos y atravesar armaduras como si fueran de manteca.
  • Martillo de Guerra Enano - Este instrumento de fuerza bruta es una gran elección cuando hace falta partir unos cuantos cráneos cubiertos por cascos.
  • Escudo - Se puede combinar con el hacha o el martillo de mano para absorber golpes, y también es útil para rediseñar las facciones faciales de los Skavens que se acercan demasiado.

Disparo

  • Ballesta Enana - El pulso firme es la clave cuando Bardin saca su fiable ballesta, clavando virotes en los cuerpos de los Skavens a enormes distancias.
  • Arcabuz Enano - Con un ruidoso ladrido, el Arcabuz Enano alcanza con suavidad a los enemigos de Goreksson, que son despedazados por el alegre impacto del plomo al rojo vivo.
  • Rociaagravios - Cada vez que dispara el Rociaagravios, Bardin desata una salva de metralla, capaz de destrozar a varios enemigos a corta distancia.

Carreras

Montaraz Veterano

Rangers forsake the dark comfort of hearth and hold, roaming far and wide to vanquish foes far from the walls of their homes. They seldom receive proper appreciation from their dwarfen brethren and are all too often viewed as eccentric, or even wits-addled. Nonetheless, they are vital to a hold’s ongoing defence, hardened as they are by the harsh environments of the surface world, and accomplished in the arts of tracking and ambush.

Bardin’s experiences in Ubersreik have honed his skills to that of a Ranger Veteran. Steady of hand and keen of eye, he adapts swiftly to the horrors vomited forth from the shadows and battles implacably until they breathe no more. The search for Karak Zorn still weighs heavy upon Bardin, but the Reikland’s perils compel him to attend to more urgent matters.

In battle, Bardin the Ranger favours a head-on approach, using his arsenal of ranged weapons to punish the foe from afar. Yet he is no stranger to the press of melee. Should the need arise, dwarfen steel will punish those enemies foolish enough to stray within Bardin’s reach. Maybe not with the same flourish as Cousin Okri, but near enough to count.

Rompehierros

Ironbreakers are the stalwart protectors of the dwarfen holds, considered by many to be the elite of their kind. Clad in magnificent runic armour and brandishing weapons of incomparable make, they muster in the deepest, darkest tunnels, prosecuting an endless battle against Skaven and worse.

Before he embraced a Ranger’s duties, Bardin earned his beard as an Ironbreaker in the great hold of Kazak Norn. Skills burnished in darkness did not lose their lustre in the light. Following the defence of Ubersreik, Bardin felt the Ironbreaker’s oaths and gromril armour calling him once again, for only an Ironbreaker could stand as a bulwark against the evils gathering against the surface world.

As an Ironbreaker, Bardin is the indomitable bastion upon which the Vermintide breaks apart, a rallying point for straggling allies and a grim promise of death to rampaging foes. Be they ratman or Rotblood, no foe shall easily overcome the Ironbreaker, not while he has breath in his body and dwarf-forged gromril in his hand.

Matador

Slayers can be counted amongst both the deadliest and most tragic of warriors. The embodiment of implacable, calculating destruction, they plunge into the most desperate of battles, thirsting to expunge past failure or personal tragedy in a blaze of glory. Yet there is nothing rash or reckless in the Slayer’s quest. The only thing that matters more to such a dwarf than a grand death, is postponing that demise long enough to see another foe brought to bloody account.

Unbeknownst to his comrades, Bardin has long borne a burden on his heart. In the carnage at Ubersreik, that burden blossomed into a new and terrible ambition. Thus Bardin cast aside the Ranger’s garb in favour of the Slayer’s spiked hair and tattooed shame. Now, an honourable death is the only thing to satisfy him, though such is his formidable battle-skill that death may yet be a long way distant.

The Slayer Oath prohibits Bardin from using ranged weaponry, but his capacity for slaughter remains undimmed. Driven by pride, determination and the appraising eye of a tempered killer, Bardin is a whirlwind of carnage, equally lethal with hand axes or the cleaving fury of a gromril great-axe. He is dwarfen vengeance personified, and the bringer of death.

Imágenes

Fuentes