Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Vincke por Dave Kendall Imperio

Imagen ilustrativa.

El Barón Von Schreck es el primo del Conde Elector de Averland y se le considera un noble de gran influencia en las tierras del Imperio. El Barón es arrogante y orgulloso y es temido y odiado por los campesinos de su provincia a quienes trata con desprecio y odio. Sólo vive para actividades relacionadas con su alta alcurnia como la caza, la esgrima y los banquetes y dispone de muy poco tiempo para ocuparse de aquellos que están por debajo de su escala social.

Historia[]

Cuando el Arúspice Fiornal llegó un día a la corte del barón, Von Schreck quedó intrigado por su historia de la perdida isla de Albión. La idea de viajar a la lejana isla estimuló su sentido de la aventura, pero aún estimuló más su codicia por las palabras del Arúspices sobre tierras con poderes inimaginables y antiguos tesoros.

Se dirigió allí y en unas pocas semanas, tuvo ocasión de librar combates que ganó frente a varias bandas de Hombres Bestia, obteniendo un número de victorias destacable superando en la táctica a las salvajes criaturas. Sus exploradores le informaron de que estas tribus habían huido debido a las grandes pérdidas fruto de su enfrentamiento con Von Schreck pero habían sido acosados y expulsados hasta los pantanos por un ejército Alto Elfo.

El Barón Von Schreck es un competente general y su experto ejército se batio bien en los campos de batalla de Albion. Sin embargo,y, a pesar de sus victorias, Von Schreck se había ganado la enemistad de varios ejércitos Imperiales de la isla debido a la forma poco ortodoxa y cruel con la que libraba las batallas. Su desprecio por sus propias tropas habían provocado fricciones con varios generales Imperiales. Durante las batallas, el barón solía usar sus tropas de pie a modo de pantalla humana para proteger a sus caballeros más valiosos del fuego de proyectil. En otras ocasiones, se tuvo constancia de que había hecho maniobrar a sus tropas hasta posiciones suicidas para atraer a las tropas enemigas a una posición desde la que pudiera contratacar con sus tropas de elite.

Existe una rivalidad entre Von Schreck y un conde de Middenland, Leopold Von Stroheim, que viene de mucho tiempo atrás y que ha llegado también hasta Albión. Von Schrek trata al conde con gran condescendencia, como si este fuera un bárbaro del norte que intentara usurpar el puesto del verdadero Conde Elector. El conde considera al Barón un deshecho, un noble afectado únicamente interesado en sí mismo. Además, el conde se burla de la creencia de Von Schreck de que existen unas ratas inteligentes del tamaño de los humanos que intentan invadir las tierras del Imperio. Por este motivo se le conoce con el sobrenombre de “El Barón Loco de Averland”, un título que le enfurece pues la locura no parece hacer mella entre la nobleza de Averland. El Conde Von Stroheim sufrió recientemente una derrota frente a un enorme ejército formado por criaturas semejantes a ratas pero, en lugar de cambiar su opinión, testarudo sigue creyendo que aquellas criaturas son desvaríos de Von Schreck y que realmente no existen.

Como contraste, su escolta personal de Grandes Espaderos enviado para su protección por su primo eran extremadamente bien tratados y, a menudo, se unían a Von Schreck y sus caballeros nobles a las reuniones que celebraban en el interior de su gran tienda. Juntos daban cuenta de un soberano banquete cocinado por sus asistentes Halflings y bebían los mejores vinos traidos de Averland. Mientras tanto, las tropas de soldados de a pie bajo su mando tenían que conformarse con raciones de comida ínfimas y soportar las inclemencias de las constantes lluvias y heladas.

Von Scchreck se siente increíblemente frustrado en la fría tierra a la que ha viajado. Las posibilidades de cazar son escasas por no decir nulas, y todavía no ha visto un atisbo o señal de ese “poder “ del que hablan los Arúspices y del que dicen está presente en la isla. “El Barón Loco de Averland” ha decidido partir en busca de los habitantes de la helada y húmeda isla y sobornarlos mediante regalos y su astucia diplomacia para que le cuenten algún tipo de información relevante que pueda conducirle a encontrar las riquezas de Albión. Sus hombres temen que si la impaciencia del Barón crece también crecerán su codicia y temeridad y este será su fin. Mientras las lluvias continúen cayendo sobre Albión, la moral de sus tropas seguirá baja, aunque Von Schreck, consumido por su obsesión de riqueza y poder parece ajeno a todo ello.

Fuente[]

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