"Ágil como un gato salvaje. Mortal como una serpiente. Fuerte como un oso. Elegante como una águila ¡Teme al enemigo! ¡Porque los Bailarines Guerreros te acechan!"
- —Himno de batalla de los Bailarines Guerreros
Los Bailarines Guerreros vagan a lo largo y ancho de Athel Loren en pequeñas compañías patrullando los senderos y los caminos secretos que pocos conocen, o por los que pocos se atreven a caminar. Siempre son bienvenidos en los salones de los Elfos y reciben el más respetuoso de los tratamientos, en parte porque son temidos. Los demás Elfos Silvanos describen a los Bailarines Guerreros como almas salvajes e impredecibles, y no sin razón, puesto que todos ellos adoran y servidores de Loec, el dios embaucador, cuya filosofía es un misterio para todos menos para sus adeptos. A veces conocidos como los "señores del festival" debido a su activo papel en las grandes fiestas, los sirvientes de Loec tocan instrumentos musicales y se convierten en maestros de ceremonias en las que llevan a cabo intrincadas danzas rituales con las que representan la historia de Athel Loren. Esta es una forma de relatar el pasado tanto o más apreciada por los Elfos Silvanos que las baladas, los relatos o la escritura convencional.
Los movimientos de los miembros de la tribu de Loec fluyen uno tras otro elegante y naturalmente, por lo que al lado de un Bailarín Guerrero hasta los demás Elfos parecen moverse con una lentitud desesperante y sin gracia, pues la estirpe de Loec se mueve con una fluidez que no proviene del pensamiento consciente. Los Bailarines Guerreros desprecian las armaduras y cubren sus cuerpos con tatuajes enrevesados, como espirales y ondas, al tiempo que tiñen sus cabelleras de colores brillantes con la intención de parecerse a las figuras mitológicas y feroces guerreros. Incluso sus movimientos y su estilo de lucha mediante danzas recuerdan a los de los antiguos y son un homenaje a su dios patrón, inspirador de sus bailes.
En batalla los Bailarines son letales guerreros que corren hasta el enemigo y saltan por encima de él para atacarle por la espalda mientras este aún lanza sus ataques anonadado. Se dice que incluso pueden evitar flechas. Su habilidad y gracilidad son tan sublimes que danzan en círculo en torno a sus enemigos asestándoles golpes fatales y evitando los de ellos con bellas piruetas. En opinión de muchos, son demonios del bosque, seres intangibles e invulnerables a los que no se puede dar muerte ni con acero, piedra o voluntad. Los heraldos de Loec son aún más formidables cuando ponen en práctica alguno de sus bailes de guerra, rituales que complacen al dios embaucador.
Estos bailarines místicos son guerreros sublimes, más mortíferos si cabe cuando ejecutan sus danzas de guerra. Para estos rituales, los predilectos del Dios del Engaño, no obedecen a un ritmo preestablecido y no siguen ningún patrón determinado, sino que cada bailarín las interpreta indistintamente. El guerrero refuerza y complementa a los demás miembros de la compañía mediante estos bailes y en ellos teje una red de movimientos tan hermosos como mortíferos. Cada uno de ellos gira y salta a través de las filas enemigas, bailando al son de una música que solo el o ella es capaz de oír, esquivando grácilmente los golpes del enemigo y acabando con su vida en un abrir y cerrar de ojos. Cada danza no solo obedece a una disciplina de combate, sino que también se trata de la reafirmación de su fe en su dios y en las victorias del pasado. De esta manera, los Bailarines Guerreros celebran los triunfos pasados, incluso mientras obtienen uno nuevo sobre los cadáveres de sus enemigos.
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Imágenes
Fuentes
- Ejércitos Warhammer: Elfos Silvanos (6ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Elfos Silvanos (8ª Edición).
- Warhammer Fantasy Battles: Reglamento (6ª Edición).