
Azhag el Carnicero era uno de los Kaudillos Orcos más peligrosos de los últimos tiempos. Llevó la destrucción al Viejo Mundo, arrasando ciudades, fortalezas y fortificaciones. En su cabeza estaba la clave de su poder: una siniestra corona de hierro de la que emanaba un poder horrible. Esta corona, una reliquia de días pasados, garantizaba a Azhag poderes nigrománticos y le proporcionaba la visión que necesitaba para llevar a cabo un ¡Waaagh! de proporciones épicas. A la cabeza de este poderoso ejército estaba Azhag, señor de la Tribu de loz Cazcahuezoz, montado en su gran serpiente alada Komekráneoz. En combate, era un cometa de destrucción, que descendía desde el cielo para causar estragos en el ejército enemigo mientras sus ojos brillaban con una luz mágica.
Descripción[]

Azhag fue una amenaza como pocas se han visto. Lo que hacía de él algo excepcional era su ominosa corona de hierro, de la que manaba un mal ancestral. Fue esta corona la que le otorgó sus oscuros poderes y una sabiduría fuera del alcance de cualquier Orco. Esta maligna combinación de fuerza bruta Orca y una brillante y maléfica capacidad para componer estrategias supuso una combinación letal.
Tras descubrir la corona mágica en las ruinas de una ciudad perdida, Azhag pronto ascendió dentro de su tribu. Derrotó fácilmente a sus rivales, ya que la corona le sugería planes oscuros. Cierto es que el bruto pielverde no entendía del todo gran cantidad de dichas sugerencias, y que la corona utilizaba un vocabulario demasiado elevado para un Orco, pero aún así, los planes funcionaban a la perfección. Azhag llevó a su tribu de una victoria aplastante tras otra contra tribus Orcas rivales y bárbaros humanos, por lo que pronto corrió la voz de sus triunfos y más Orcos se unieron a su tribu.
Gran cantidad de seguidores notaron grandes cambios en Azhag. Utilizaba palabras no Orcas, y en muchas ocasiones trataba de razonar sus órdenes en vez de partir alguna cabeza y lanzar gritos. Su horda dejaba pasar sus excentricidades, pues su contador de victorias no dejaba de aumentar. Cuando la corona hizo presa de la mente de Azhag, este sintió la imperiosa necesidad de dirigirse hacia el sur. Con un creciente ¡Waaagh! a sus espaldas, Azhag abandonó el Territorio Troll en busca de los territorios de los que provenía la corona.

El maléfico artefacto buscaba a su propietario original, y Azhag tenía problemas para tener el control sobre sus propias acciones. Así, incluso en su brutal simpleza, Azhag se dio cuenta que ocasionalmente podía ejercer su voluntad; su ejército zigzagueó durante su camino, desviándose con frecuencia a pesar de las protestas que surgían de la corona. Para su frustración, Azhag no podía resistirse a atacar poblaciones, o atacar de cabeza a los ejércitos que le salían al paso. En los momentos en los que la voluntad de la corona y la de Azhag luchaban por mantener el control, se podía ver como el líder Orco entraba en trance o se movía lentamente como si fuera un sonámbulo. Más de uno de sus lacayos le escuchó murmurando cosas sin sentido o discutir consigo mismo.
Una de las rarezas a las que la tribu cogió afecto fue la nueva costumbre de Azhag de pasar revista a las tropas antes de la batalla. Las peñas se inspiraban al ver a Azhag montado en su serpiente alada Komekráneoz, sobrevolando las líneas de combate. Tenía la extraña costumbre de pararse a darle órdenes a las peñas que raramente eran entendidas. No obstante, todos sabían que una vez empezara la fiesta, Azhag lucharía como el que más. En más de un encuentro, Azhag volaría hasta el grueso del combate para arrancar algunas cabezas enemigas y cambiar las tornas. Ocasionalmente, los ojos y la corona se encendían y brillaban de forma horriblemente siniestra, y entonces lanzaría hechizos desconocidos por los Orcos con los que abatir al enemigo. Muchos Orcos decían que ese comportamiento “no ez de rezibo” pero siempre que fueran luchando y ganando, le perdonaban sus manías. De todos modos, algunos decían que aquello no podía traer nada bueno, y al final resultaron tener razón.
Azhag sería finalmente derrotado en la Batalla de Osterwald por Werner von Kriegstaldt, Gran Maestre de los Caballeros Pantera, en el año 2515.
Objetos Mágicos[]
- Corona de la Hechicería - Descubierta en el tesoro de un Troll del Caos, este objeto fue la clave de todo el poder de Azhag.
- Rebanadoraz de Slagga.
- Kacho'Koraza de Azhag.
- Bákulo del Demonio (Solo 6ª edición).
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Imágenes[]
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Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Orcos y Goblins (7ª Edición), pág. 34.
- Ejércitos Warhammer: Orcos y Goblins (8ª Edición), pág. 65.
- Antigua página web de Games Workshop.