La Doncella de Mousillon.
Muchos Caballeros Andantes han buscado su perdición en Mousillon, pero desde la caída del Santuario de Frenegrande, las Damiselas del Grial no se han preocupado del ducado impío. Puesto que viven en aislados Santuarios del Grial y normalmente solas, las Damiselas del Grial son propensas a ser devoradas por monstruos merodeadores, y con pocos caballeros en Mousillon lo suficientemente nobles para rescatarlas, las Damiselas del Grial han escaseado durante mucho tiempo. Aurore, la cabecilla del “sacerdocio” en la capilla de la Baronía, puede llamarse Damisela del Grial, pero realmente no lo es. Muchos campesinos ni siquiera saben que existen las Damiselas del Grial, y los que lo saben están seguros de que no hay ninguna en Mousillon.
Y tenían razón, hasta que llegó Asceline.
Descripción[]
Asceline era una niña frágil y pálida propensa a enfermar y a la fiebre. Sus padres, un caballero y su dama en el Ducado de Lyonesse, temían que no sobreviviera a la edad para casarse.
Pero sobrevivió, mediante una mezcla de extrema testarudez y dedicación a la Dama. Sus constantes oraciones a la Dama fueron recompensadas con una mejora gradual de sus síntomas, y pronto era capaz de atreverse a salir de la cama e incluso exponerse al sol un par de horas al día. Poco a poco, Asceline sentía crecer su fe cada vez más fuerte, incluso cuando su cuerpo recuperó la salud, y para ella eso era una firme señal de que estaba bajo la bendición de la Dama. Pero como una chica humilde y piadosa se preguntaba como podría resarcir a la Dama. Después de todo, debía haber muerto cuando era una niña, pero la luz de la Dama la había mantenido viva. Eso significaba que Ascelina debía su vida a la Dama, y era una deuda que debía pagar, pero ¿cómo?
Aunque agradecidos por la supervivencia de su joven hija, los padres de Asceline se alegraron de escuchar que tenía la intención de abandonar la fortaleza de la familia y tratar de convertirse en una Damisela del Grial. Después de todo, los salvó de tener que pagar una dote considerable cuando alcanzara la edad de casarse. Se despidieron de ella mientras se marchaba al Santuario del Grial más cercano, asegurándose de empacar multitud de remedios herbales para los ataques de su enfermedad. Fue en el Santuario del Grial de Lyonesse donde Asceline barrió la nave y lavó los vestidos sagrados de las Damiselas del Grial que vivían allí, trabajando duro a cambio de unos pocos momentos a solas en el altar de la Dama al final de cada día.
Poco a poco, mientras Asceline aprendía más sobre la historia de Bretonia y la Dama, su papel en la vida se hizo más claro. Supo que gran parte de Lyonesse, incluida la fortaleza donde había nacido, había sido originalmente una parte del vecino ducado de Mousillon, y que Mousillon era un lugar maloliente y oscuro donde no brillaba la luz de la Dama. Esto afectó mucho a Asceline. ¿Qué pasaba con todos los niños de Mousillon que no tuvieron la oportunidad de experimentar la luz de la Dama como ella lo hizo?
Las ancianas Doncellas del Grial desalentaron tales pensamientos en la joven Ascelin. Pero Ascelin no se dejaba llevar. A pesar del consejo de las Damiselas del Grial, Ascelin (aún adolescente) se ciñó los lomos y se dirigió al sur, a Mousillon, con la intención de llevar la luz de la Dama a los que más la necesitaban.
Ascelin nunca se imaginó que pudiera existir un lugar tan siniestro como Mousillon. Se sobresaltó en su interior por la ignorancia de sus campesinos y la maldad de sus señores, por la inmundicia de su tierra pantanosa y el sepulcral terror de la ciudad. Donde la mayoría sucumbía a la desesperación, nació un nuevo corazón de acero en Asceline. Esto era una tierra maldita, y la maldición debía suprimirse. Aunque el resto de Bretonia hubiera abandonado Mousillon, si solo una persona se esforzaba en llevar la luz de la Dama al ducado perdido, entonces la gente tendría una oportunidad. Esa persona era Asceline. Ella había sido colocada en este mundo para salvar Mousillon.
Aceline había sobrevivido a bandidos, monstruos, zombis, venganzas de nobles y la viruela. Su carrera la había llevado desde las Colinas Huérfanas a la ciudad y por todo lo entremedio. Ella vaga por Mousillon buscando a los corruptos y de corazón malvado, buscando signos de mutación e impiedad. Tiene un don para estimular a los campesinos a un fervor religioso, por lo que la siguen allá donde va y la protegen con sus vidas. Ha encontrado varias veces evidencias de que una aldea ofrece sus hijos a los Hombres Bestia o se comunica con espíritus malignos, y ha conducido una aullante turba de campesinos para quemarla hasta los cimientos. Cuando Asceline no encuentra la confirmación del delito entre las cenizas, asume que es porque los malvados pecadores han sido capaces de cubrir su rastro por algún medio mágico. Cuando descubre evidencias definitivas de que las víctimas habían cometido en efecto alguna abominable blasfemia, se refuerza su decisión de llevar la luz de la Dama a brillar en los rincones más oscuros de Mousillon.
Increíblemente, Asceline ha sobrevivido casi intacta a sus aventuras. Ella lo atribuye a una serie de milagros otorgados por la Dama en reconocimiento a sus esfuerzos en la purificación de Mousillon. Un observador poco amable podría indicar cuántos campesinos se han lanzado a la espada de un Hombre Bestia para salvarla o le han dado el último bocado de la comida de la aldea cuando ellos mismos se mueren de hambre. Ascelin no piensa en esas habladurías. Está segura de que muchos están celosos de que tenga el favor de la Dama, y en su humildad, sabe que esos cínicos serán quemados por la llama de la Dama a su debido tiempo.
Asceline rara vez se queda mucho tiempo en el mismo lugar, en parte porque siempre hay algún nuevo lugar que necesita ser purificado, pero también porque los campesinos que se unen a su causa tienden a morir muy rápidamente, y siempre tiene que encontrar más. Ascelin aún se encuentra en la veintena, y aunque viste retales de armadura abollada y vestimentas de Damiselas del Grial, está claro para cualquiera que la vea que es una joven dama delgada y de piel pálida que debería estar cosiendo tapices o derritiendo apuestos Caballeros Noveles en vez de hacer una cruzada contra la oscuridad.
A pesar de su debilidad física, Asceline nunca evita el centro de la acción, ya sea asaltando una aldea de campesinos adoradores del Caos o prendiendo fuego la fortaleza de algún noble corrupto. Lucha con lo que tiene a mano, pero su arma favorita es una pequeña estaca hecha con la madera de un árbol del borde del Bosque de Arden. Compensa su fragilidad con entusiasmo y devoción, con la certeza de que la gracia de la Dama y la devoción de los campesinos que la siguen la mantendrán a salvo de los incrédulos y malhechores. Más de un siervo de la oscuridad ha sufrido uno de los apuñalamientos salvajes y frenéticos de Asceline y caído en su estaca bañada de sangre.
Asceline sabe que para salvar Mousillon debe liberarlo primero de la maldad, y la maldad es exactamente lo que busca y destruye. Ha oído hablar de un Caballero Negro sublevándose en alguna parte del ducado y está segura de que es un villano que merece ser empalado, quemado o las dos cosas. También ha oído que hay un Santuario del Grial oculto en algún lugar de Mousillon, y aunque lo ha buscado a menudo, no lo ha sido encontrado.