Arrancapieles

Imagen ilustrativa

Los piratas de Norsca siempre han supuesto una amenaza para las costas de los diversos reinos del mundo. Algunas tribus han reclamado los mares del norte como propios, y han construido fortalezas en casi todas las islas. Cada verano, se dirigen hacia el sur y efectúan incursiones costeras contra Ulthuan y los territorios humanos. Algunas de las tribus norses más temerarias realizaban incursiones contra Naggaroth. De todas ellas, la mayor amenaza es la tribu de los Arrancapieles.

Descripción

Los Arrancapieles es una tribu de bárbaros adoradores de Nurgle. Gobernados por un poderoso Príncipe Demonio, han sido durante años una espina clavada en el costado de Naggaroth, pues asaltan los barcos corsarios de los Elfos Oscuros cuando regresan cargados con el botín tras meses de incursiones. Apenas interesados en los tesoros que pudieran transportar, el principal objetivo de los Arrancapieles es arrebatarles a los Druchi los esclavos que transportan y capturar a tantos tripulantes como les fuera posible. Su intención es desollarlos vivos para cubrirse el supurante cuerpo en carne viva, ya que su propia piel se les cae del cuerpo enfermo como cera podrida, y sufren una constante agonía a menos que puedan cubrirse la carne expuesta con una piel no contaminada. Después las víctimas son sacrificadas a su dios en inmundos pozos de estofado humano disuelto. Por estas acciones son recompensados con una fuerza y una vitalidad terribles a pesar de sus cuerpos enfermos y putrefactos.

Para sembrar el terror en los mares, los Arrancapieles navegan empleando naves destartaladas y de maderos podridos, muchas de las cuales habían sido barcos de otras naciones que habían naufragado pero que se mantienen a flote gracias al poder de Nurgle. Con estos podridos buques, los Arrancapieles infestan los mares al norte de Naggaroth como una plaga, y son tan temidos y poderosos que incluso otros incursores les pagan tributo en pieles y víctimas de sacrificio.

Su fuerza es tan grandiosa y su brujería tan potente que se han apropiado de la isla mas peligrosa como base de operaciones, la isla mágica de Morhaut, casi imposible de localizar debido al poder de un antiguo artefacto que deformaba las leyes espacio temporales. Los Druchii han llevaron a cabo durante años diversas acciones de represalia para erradicar la amenaza, pero debido a que se desconoce la localización de Morhaut, nunca han tenido éxito.

Además, los Arrancapieles tienen pequeños escondites en muchas de las islas de la zona, situadas a un día de navegación de una isla a otra, así que la noticia de un ataque se propaga con rapidez. Cada escondite mantiene al menos una nave tripulada y a punto para zarpar de inmediato, escapando ante la primera señal de peligro para dar la alarma, y que al cabo de unos días, los mares que rodean la isla estén llenos de barcos de los Arrancapieles en busca de venganza.

Los Arrancapieles no son reconocidos por ser grandes navegantes, de hecho se les considera bastante mediocres pero, además de tener bastante buena puntería con sus catapultas, sus barcos, al igual que su escondites y bases secretas en las islas, son hervideros de todas las enfermedades y plagas imaginables, capaz de diezmar la tripulación de las naves enemigas, por lo que los buques enemigos tratan de evitar a toda costa el contacto directo.

Fuente

• Saga Las Crónicas de Malus Darkblade: Tormenta de Sangre de Dan Abnett y Mike Lee.
  • Cap. 7: El altar de los perdidos.
  • Cap. 15: La vela negra.
  • Cap. 18: El beso del dragón.
  • Cap. 19: La isla de los perdidos.