Armadura Negra de Nagash

La Armadura Negra de Nagash, conocida en originalmente como Morikhane, fue forjada por el Gran Nigromante en persona. A lo largo de los milenios, la armadura ha ido fundiéndose en su cuerpo, por lo que únicamente podrá utilizarla Nagash, sin que le impida poder lanzar hechizos.

Historia

Hace muchos siglos, Nagash tuvo que escapar de Nehekhara para no ser destruido, viéndose obligado a instalarse en el Pico Tullido, la mayor fuente de piedra de disformidad del mundo, rebautizándolo como Nagashizzar, donde siguió ampliando sus conocimientos sobre la nigromancia.

Pero aún así siguió encontrando amenazas, ya que los Skavens querían la Piedra Bruja para sí. Tras décadas de una inútil guerra de desgaste por ambas partes, el Gran Nigromante y el Consejo de los Trece llegaron a un acuerdo, por el cual Nagash pagaría con piedra bruja a cambio por un flujo constante de esclavos y materias primas que le permitirían reconstruir sus diezmado ejército. Un último ajuste de cuentas con los hombres rata podría esperar.

Sin embargo, los años de constante exposición a la piedra bruja, experimentar energías nigrománticas, y los numerosos daños sufridos en la guerra contra los Skavens pasaron factura al esquelético cuerpo de Nagash. Al principio arreglaba sus huesos triturados uniéndolos de nuevo mediante una combinación de magia y alambre de plata, pero a pesar de ello su dominio sobre el mundo físico continuaba deteriorándose inexorablemente.

Por ello, Nagash llevó a cabo un complejo y largo ritual con el que construirse una armadura que no solo lo protegería, si no que además revigorizaría su destrozada carcasa. Para ello empleó una aleación de plomo y gromril, hierro procedente de un meteorito, fundido en un crisol piedra de disformidad. Nagash le dio forma al metal durante horas mientras el y sus acólitos recitaban oscuros hechizos. Cuando por fin consideró que el mineral fundido estaba listo, ordenó a sus sirvientes que trajeran unos pesados bloques de obsidiana que empleaba como moldes.

Uno a uno, se fueron llenando los bloques, y cuando estuvo listo sacó las piezas de metal oscuro de ellos. Con el metal todavía al rojo vivo, Nagash ordenó a sus acólitos que le colocasen el peto y la placa posterior de la armadura. Cuando las dos piezas se unieron, las junturas se fundieron en medio de destello de resplandeciente luz verde. El calor era atroz, mucho peor que nada que Nagash hubiera experimentado como mortal, pero aún así les ordenó a los inmortales que continuaran.

El proceso se prolongó durante horas. Una pieza de metal tras otra se colocó sobre el esqueleto Nagash y se fundió en su lugar, creando una armadura que lo envolvió por completo, más compleja que nada que pudieran producir manos humanas. Cuando el metal se enfrió, la superficie estaba áspera y negra como la noche. Aunque había sido diseñada con incomparable astucia, la armadura propiamente dicha era sencilla, incluso fea. Como casi todo lo que el gran nigromante creaba, no había sido forjada para resultar agradable a la vista, sino para servir al propósito de su señor.

A medida que las piezas de la armadura se sellaban a su alrededor, Nagash sintió el cambio de inmediato. La constante fuga de energía de sus huesos disminuyó… y luego se detuvo por completo. Las energías incontroladas contenidas en el interior de las capas de guardas de la cámara empezaron a fluir hacia él, hundiéndose a través de la armadura y quedando atrapadas allí. La fuerza del nigromante aumentó a cada momento que pasaba, hasta que finalmente sobrepasó con creces la de los hombres mortales.

Curiosidades

• En la campaña del Fin de los Tiempos se la da el nombre de Morikhane. Es en esta campaña donde se dice que la armadura estaba guardada dentro de las bóvedas de la fortaleza de Heldenhame.

Fuentes

• Ejércitos Warhammer: No Muertos (4ª Edición),, págs. 14, 41, 86.
• Trilogía de El Ascenso de Nagash: Nagash, el Inmortal, por Mike Lee.
  • Cap. 15: La Corona de Nagash.