"El Jarl dice que mueras. Lentamente. Y yo no soy nada si no soy leal al Jarl."
- —Vasallo anónimo
Un Vasallo es un guerrero al servicio de un jarl concreto. Tiene el deber de vivir en la casa del jarl, compartir su comida y profesarle una lealtad inquebrantable. A cambio de este juramento de lealtad, el jarl recompensa su servicio con regalos como armas, armaduras y, en el mejor de los casos, tierras y títulos. El valor del regalo nunca se mide por su valor real, sino por el prestigio que otorga al vasallo. Es preciso recordar que estos regalos no convierten al vasallo en mercenario, sino que son un premio por un servicio leal y continuado.
Afiliaciones[]
Hay dos relaciones que son de especial importancia para los vasallos: su lealtad al jarl, y su relación con los demás vasallos de su jarl.
La lealtad lo es todo para un vasallo, porque sólo a través de su lealtad puede avanzar. Los Jarls valoran la perspicacia, la resistencia y, especialmente, la destreza marcial, pero consideran la lealtad más importante que cualquiera de ellos. Un vasallo con poco talento más allá de la lealtad puede avanzar para morir como Propietario Libre, mientras que un guerrero excepcional cuya lealtad es sospechosa sólo encontrará una muerte prematura. Un vasallo que traiciona o falla su jarl corre el riesgo de perderlo todo, de modo que los Vasallos obedecen las órdenes de su jarl sin cuestionarlas.
Las relaciones entre vasallos del mismo clan son mucho más complejas. Por un lado, deben confiar unos en otros durante los tiempos de guerra, y todos son leales a su jarl, haciéndolos aliados naturales. Por otro, compiten por el favor del jarl; quien tiene un número limitado de regalos para distribuir entre sus súbditos.
Los nórdicos son una raza pendenciera, pero un jarl mantiene el orden castigando las luchas internas entre sus siervos con la muerte. Si un vasallos quiere avanzar a expensas de un rival, debe ser sutil. Un jarl puede recompensar a un vasallo que expone la deslealtad en otro. Siempre hay bajas en la batalla, y a veces un vasallo puede provocar un "accidente" para hacer caer a un rival. Sin embargo, cualquiera que sea atrapado en el acto se enfrenta a una vida de esclavitud o a una muerte rápida.
Los vasallos están interesados por el éxito de su jarl, pues aumenta directamente su prosperidad. Este interés propio refuerza el juramento de lealtad, y hace que este sistema sea muy versátil.
Hechos poco conocidos[]
En algunos lugares remotos, donde hay pocas riquezas, recursos o no hay defensas tácticas, puede que ni siquiera exista un verdadero jarl. En cambio, los vasallos se juran lealtad unos a otros, y los frutos del botín son distribuidos mediante el voto de todos los guerreros. Los guerreros deben ser devotos a uno solo de los poderes ruinosos o a ninguno, ya que las lealtades mezcladas pronto desgarrarían al grupo.
Los vasallos juran lealtad a sus jarl sobre un arma, llamada un arma del juramento, y tradicionalmente utilizan esa arma en el servicio de su jarl. Sin embargo, la tradición sostiene que cualquiera que pierda su arma del juramento será maldecido con mala fortuna. Cuando un Vasallo no está usando su arma de juramento en combate, la mantiene cerca, incluso llevándosela a la cama por las noches.