Furias del Caos

"La razón por la que te llamé a esta reunión es que esos malditos monstruos alados están de regreso, escondiéndose en el bosque y arrebatando todo lo que pueden encontrar, como la última vez. Ten cuidado de no salir solo y mantén un Vigila cuando estés de patrulla. Diles a los campesinos que se encierren por la noche y que no salgan a la calle sin importar lo que oigan.

Estas no son criaturas valientes, pero tienen algo de inteligencia. Si ven una cena fácil, irán a ella más rápido de que puedas parpadear."

—Hermann Toureg, Sheriff del Bosque Blacklock

Chillidos del Caos, Gárgolas, Cuervos del Caos.

Los demonios alados conocidos con el nombre de Furias del Caos no están asociados a ningún Dios del Caos en particular; simplemente, son manifestaciones del Caos Absoluto. Una bandada de Furias se considera el heraldo de tiempos aciagos. Como carecen del apoyo de una de tales potencias, son de los demonios inferiores más débiles de todos los que se manifiestan en el mundo, pero, aun así, siguen siendo un peligro y suponen un desafío para la mayoría de los mortales.

Descripción[]

Las Furias del Caos son criaturas esencialmente cobardes, que prefieren entablar combate cuando cuentan con una ventaja decisiva, y se enfrentan a individuos aislados, lanzándose sobre ellos, batiendo sus alas, en bandadas rabiosas que atacan a las dotaciones de las máquinas de guerra y a los héroes solitarios que han quedado aislados de sus camaradas. También son crueles, por lo que cuando escogen una víctima disfrutan jugando con ella antes de matarla, desgarrando su carne lo bastante como para inspirarle miedo, y obligarle a correr para emprender una divertida persecución. Una vez que se cansan de la caza, matan a su presa de la forma más dolorosa que se les pueda ocurrir.

Las Furias son los primeros demonios en entrar en el reino mortal cuando los límites de la realidad se debilitan. Donde las Furias se concentran, sin duda aparecerán otros demonios. Cuando la magia se debilita y las legiones demoníacas empiezan a desvanecerse, las Furias vuelven para posarse junto a las fisuras. Hay muchos lugares en el Viejo Mundo en el que los campesinos atrancan ventanas y chimeneas para evitar que las Furias entren en sus hogares por la noche y les roben a los hijos.

Sin un amo al que servir, y de mentes limitadas para pensar conscientemente, las Furias son fácilmente subyugadas por otros demonios a los que observan con una mezcla de temor y sobrecogimiento, y son completamente serviles a los Dioses Oscuros. Tzeentch es el que más utiliza a las Furias, como mensajeras y espías tanto en el reino mortal como en el Reino del Caos. Por otro lado, Khorne considera a las Furias demasiado enclenques para sus propósitos, y por eso sólo las usa cuando se han agotado todas las otras alternativas.

Aspecto[]

Las Furias son demonios aullantes y despiadados con garras ganchudas y correosas alas de murciélago. Desde sus rudimentarios cuernos hasta la base de su espinazo tienen una corta crin de pelo áspero.

Sus rostros son brutales y bestiales, guardando más similitudes con los dragones que con los humanos, pues están desencajados en expresiones de rabia y poseen perfiles afilados. Tienen unos crueles ojos rojos centelleantes sobre un morro abrupto y una amplia boca con decenas de perversos colmillos puntiagudos. Las Furias son habitualmente negras, pero, como seres de un poder caótico no perfeccionado, pueden tener cualquier color, dependiendo del Dios Oscuro predominante.

Furias de los Dioses[]

Furias de Khorne - Estos repugnantes Demonios alados son la encarnación de la energía asesina de Khorne.
Furias de Tzeentch - Una de las formas demoníacas más despreciables; son poco más que retazos de la hechicería oscura de Tzeentch con forma alada, pero resultan letales cuando van en grupo.
Furias de Nurgle - Unos Demonios alados creados con la letal energía de Nurgle que dan caza a los débiles en los márgenes de los campos de batalla.
Furias de Slaanesh - Lo peor de la Legión Oscura. Unos seres que escupen tentaciones atroces mientras desgarran la carne de sus víctimas.