Guerreros Orcos

Los Orcos, a menudo conocidos como "chikoz Orcoz", o sencillamente como "Loz Chikoz", tienen tamaños y apariencias muy diferentes entre sí y los más grandes son los que toman el mando. El orden de gobierno se establece mediante constantes peleas, así que son los Orcos más rudos y malvados los que ascienden a lo más alto de la jerarquía tribal. Hasta el Orco más pequeño (algo más bajito que un ser humano, pero mucho más ancho) es un saco de músculos descerebrado. Los Orcos tienen una mandíbula realmente prominente y una frente estrecha que esconde un duro cráneo con muy poco cerebro.

Descripción[]

Pieles Verdes Guerrero Orco por Dave Gallagher

Los Orcos son la ruda infantería que forma el grueso de la mayoría de tribus pieles verdes. Los Goblins son más prolíficos, pero a los Orcos es a quien les toca bregar con la parte más sangrienta del trabajo en la mayoría de batallas. Esto ya les va bien a la mayoría de partidas de guerra, pues los Orcos son una raza beligerante y no hay nada que les guste más que una buena somanta de palos. De hecho, llegado el momento es bastante difícil lograr que dejen de pelear, y si ven que no quedan enemigos a mano es muy probable que empiecen a repartirse estopa entre ellos, llevados por la euforia y la adrenalina.

Por suerte para ellos, los Orcos no procesan el dolor igual que las demás razas: el Orco típico no dejará que una “herida menor”, como por ejemplo un brazo cercenado, le impida seguir peleando. Los Orcos son tan duros y resistentes que si alguien puede encontrar y coserles el brazo otra vez (aunque sea de manera tosca), lograrán salvarlo y se curará rápidamente. Obviamente, los Orcos ven su físico robusto “lo normal”, y por tanto consideran que las demás razas son debiluchas, enclenques y sobre todo "machakablez".

Los Orcos viven en tribus: grupos de pieles verdes liderados por el más grande, fuerte y bruto de todos ellos que se hace llamar kaudillo o gran jefe en función de su estatura. Estas tribus se mantienen unidas mientras el Orco que las lidera sea capaz de calmar a las diferentes partes que la componen. Es habitual que los Orcos reten al jefe a un combate singular, y se convertirán en los jefes en caso de derrotarlo, tras lo que harán de la tribu lo que quieran. Hay muchas tribus que, normalmente, suelen tener nombres rimbombantes que tienen mucho que ver con el nombre de su kaudillo, alguna característica especial o alguna de sus costumbres. Entre algunas de las tribus más perversas se encuentran los de la Garra de Hierro, el Kolmillo Rojo, la Mano Ensangrentada y los Orcos Blancos del Monte Grimfang.

Los Orcos forman unidades llamadas peñas, que son lideradas por los más grandes y fuertes de entre ellos, los Jefez. En el campo de batalla, las peñas de Orcos se distinguen por los símbolos y marcas que llevan, principalmente en sus escudos, estandartes y tótems. Entre los Orcos, es bastante común jalear a la peña propia (“¡Zomoz la monda!”), y al mismo tiempo burlarse groseramente de las demás peñas (“Loz chikoz de Gruttik zon unoz moñaz ke ze mean enzima na máz ver al enemigo”). Naturalmente esto da lugar a numerosas peleas a puñetazo limpio, que pueden llegar a degenerar en auténticos combates a sangre y fuego (que probablemente es lo que los Orcos en cuestión andaban buscando desde el principio).

Warhammer LCG Smash Go Boom by Cryptcrawler Guerreros Orcos atacando carromato

Las peñas de Orcos utilizan un amplio y variado arsenal, desde largas y gruesas lanzas hasta todo tipo de toscas armas de tajo (e incluso en ocasiones armas saqueadas a algún enemigo). Estas armas a menudo se mencionan de un modo u otro en el propio nombre de la peña, como por ejemplo “Rebanadorez Okzidaoz” o “Pikadorez de Gutnik”. Los Orcos llaman “rebanadoraz” a todas sus armas, y procuran mantenerlas siempre desgastadas, oxidadas y manchadas de sangre seca. Para un Orco, una rebanadora limpia y nueva es señal de que lleva demasiado tiempo sin entrar en acción.

Antes de cada batalla, los chikoz entonan cánticos y pisotean ruidosamente el suelo, creando un crescendo cada vez más salvaje de violencia contenida. Sus armas y escudos se entrechocan, generando un ruido que llega a hacerse ensordecedor. Incapaces de esperar la llegada del enemigo, algunos Orcos se enzarzan en peleas entre ellos o contra peñas rivales, y los insultos (y las rocas de las catapultas) empiezan a volar en todas direcciones. Cuando el líder piel verde ruge su ¡Waaagh!, los Orcos le responden entusiasmados, uniendo sus guturales voces para formar un bestial grito de batalla que hiela la sangre. Es como una liberación de tensión y adrenalina, una llamada a la masacre total que inunda a todos los chikoz y los transforma en una jubilosa marea de ultraviolencia. Durante la excitación en la que los sume la batalla, la unión mágica que hay entre los pieles verdes se hace más y más fuerte hasta que la horda se ve envuelta en una ola de furor que no se detiene hasta que muere el último enemigo (o el último Orco).