Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Guardián de los Secretos por John Blanche

"Piensa, mortal. Piensa en qué es lo que deseas, más que cualquier otra cosa en el mundo. Te lo daré. Estarás saciado para siempre, si solo haces lo que te digo. Solo yo puedo concederte todos los placeres que tu mente puede conjurar. Sólo necesitas escucharme."

Ushuk, Guardián de los Secretos.

Asesinos de Slaanesh, Portadores de Dolor, Grandes Cornudos, Degustadores de Dolor, Inmorales, Despojadores de Carne.

Pasión, placer, dolor e inspiración: estas son las características que definen a los Guardianes de los Secretos. Los Guardianes de los Secretos (Q'tlahsi'issho'akshami en Lengua Oscura) son los Grandes Demonios de Slaanesh. Personifican las sensaciones ilimitadas y los deseos sin restricciones, y son la encarnación de estos conceptos. Son repulsivos horripilantes, pero paralizan a los mortales con una fascinación monstruosa que desafía toda explicación. Existen únicamente para estimular los sentidos, crear, experimentar y deleitarse con los caprichos mortales de la pasión. También entumecen la mente, haciendo que resulte cada vez más difícil apreciar lo ordinario y lo mundano. Son el dolor del fracaso, la agonía del exceso, aquello que empuja a los mortales a actos cada vez más osados con tal de huir de lo ordinario.

Estos Grandes Demonios se mueven con la gracia fluida de un bailarín, revoloteando como las suaves caricias de los dedos de un amante sobre la piel. Allá donde van, todo se hace posible. Pero una vez pasan de largo dejan tras de sí angustia y agonía, tan reales y dolorosas como la aguda puñalada de un cruel cuchillo. Y todos los que han conocido el mayor de los placeres sufren el tormento de la desesperación y la pérdida, renunciando a las sensaciones normales para seguir las promesas embrujadas de los Grandes Astados mientras danzan al son de la malévola risa de Slaanesh.

Descripción[]

Guardián de los Secretos by columbussage Demonios Caos

Los Guardianes de Secretos son enemigos terroríficos con los que enfrentarse. Son los despojadores de la pureza, los corruptores de la fe, son astutos e insidiosos; se recrean practicando su magia maligna y se divierten haciendo que los amigos se odien y enamorando y fascinando al enemigo mediante trucos e ilusiones con los que enturbian sus mentes. Formado con la esencia del Caos y dotado con el regalo de la magia oscura sutil e insidiosa del Príncipe Negro, todo guardián de secretos es un hechicero experto que puede desgarrar al enemigo mediante espasmos agónicos, enturbiando su mente con oscuros susurros de gloria y creando ilusiones de sus peores pesadillas y sus mayores deseos.

A estos poderosos demonios se les conoce también como los Celebradores del Dolor, ya que les produce un placer sumo la tortura y el sufrimiento de los demás, deleitándose con la agonía más exquisita, con la caricia de una garra atravesando la piel y los músculos o con el delicado toque del acero atravesando huesos y órganos. Al igual que todos los siervos de Slaanesh, no temen sufrir dolor ni mal alguno, pues, ya sea doloroso o placentero, suele ir acompañado de estimulantes gritos con los que ensordecen y confunden al enemigo.

Un Guardián de Secretos concede un especial cuidado y atención a cada golpe que propina, de forma que una caricia sensual se convierte en un abrazo que rompe las costillas y un roce casual, en un cincelazo con el que derrama órganos y sangre que forman bellos dibujos en el suelo. Los pocos mortales con la valentía suficiente para desafiar a este monstruo deben ser puros de mente y de corazón, porque un Guardián de Secretos está rodeado de encantamientos que acaban por enturbiar la mente y aletargar los sentidos. Debido a esto, muchos héroes han acabado por caer bajo las irresistibles garras de esta bestia, cautivados por sus propios sueños e incapaces de resistirse a sus deseos e instintos más primarios, mientras el Gran Demonio de Slaanesh jugaba con ellos deleitándose al desmembrarlos con calculada lentitud y precisión.

Los Guardianes de los Secretos consumen las almas de aquellos que matan, unos manjares delicados que además fortalecen a Slaanesh. Por lo tanto, luchar contra un Guardián de los Secretos no solo es arriesgarse a sufrir una muerte terrible y dolorosa, sino también a tentar a la condenación eterna. Se dice que los Guardianes de los Secretos prefieren el alma de los Elfos por encima de todas las demás razas. La razón no está clara, pero ningún reino sufre más los ataques de los demonios de Slaanesh que la isla de Ulthuan.

Manifestación[]

Guardian de los secretos contra altos elfos

EI momento en que un Inmoral aparece en el mundo, los tentáculos de la perversa voluntad de Slaanesh se extienden, transportados por los Vientos de la Magia para torturar y atormentar a los mortales en kilómetros a la redonda. Todo tiembla con un estremecimiento impío, acaso luchando por liberarse. Los mortales rompen a sudar, y sus corazones laten con fuerza en sus pechos. Los animales se excitan y se vuelven violentos, coceando en sus establos o arrancándose los arreos. Las armas palpitan con una energía invisible y turgente. La madera se marchita y transmuta. Los árboles crujen y la tierra bosteza, proyectando chorros de agua desde sus profundidades. Las inhibiciones se desvanecen, las viejas lealtades se desdibujan y los cimientos de la confianza se debilitan. La pasión invade los corazones y las mentes de todos, y si no se controlan, los mortales se entregan al gozo con salvaje desenfreno.

Pero el cosquilleo físico del deseo no es lo único que provoca la proximidad de un Guardián de los Secretos. Los artistas reciben inspiraciones febriles y se dedican a dibujar y abocetar fanáticamente, creando obras maestras que van más allá de sus capacidades. De los labios de los poetas brotan versos exquisitos que capturan a la perfección la tristeza absoluta o los deseos insolentes. Las gargantas de los trovadores entonan canciones de tal belleza que quienes las oyen mueren con el corazón roto. El demonio llena los sueños de los mortales con visiones de tal belleza que se agitan sollozantes tratando de aprehender la inalcanzable perfección de sus pesadillas. Y cuando despiertan, pasan los días abrumados por la melancolía, anhelando lo que no pueden tener y jamás podrán conseguir.

Cuanto más se acerca el demonio, más pronunciados son estos efectos. Los artistas pintan con su propia sangre, los poetas se arrancan los ojos para ver cómo es la verdadera oscuridad, los cantantes se atragantan y asfixian con las letras mientras tratan de librarse de sus gargantas imperfectas. El mundo se suaviza, adoptando colores cálidos y formas gentiles, redondeadas y relucientes, y al mismo tiempo las hojas se afilan, las emociones afloran y la locura ciega la mente.

Los Guardianes de Secretos se ríen y deleitan de todas las cosas, y empujan continuamente a sus esclavos a experimentar sensaciones cada vez más extremas. Los Inmorales saben tocar todos los instrumentos y dibujar cualquier imagen, y oírles cantar provoca la pérdida del alma. Sus risotadas son una combinación de la risa de una mujer despiadada y la de un niño inocente. Asesinan sin duda, compasión ni remordimiento alguno; tan sólo para ver lo estética que resultan las salpicaduras de sangre o el tono agudo del grito del moribundo. Son arteros y caprichosos, y disfrutan de todas las fantasías con un entusiasmo cruel y egoísta, sin importarles lo más mínimo aquellos a los que causan daño.

Aspecto[]

Guardián de los Secretos 7ª

Se dice que no hay dos Guardianes de los Secretos iguales, ya que según el Liber Maleficus, la apariencia de cada uno depende del capricho de Slaanesh en el momento de su manifestación. Ciertamente existe una gran variedad entre estos Grandes Demonios. Algunos tienen un aspecto bovino, mientras que otros presentan un rostro andrógino y seductor que oculta un corazón corrupto y depravado. Sea como sea, el Guardián de Secretos es una imagen pavorosa.

Como todos los Grandes Demonios, el Guardián de los Secretos destaca por su gran altura en el campo de batalla, si bien emana un aura de belleza sensual que oculta su verdadera naturaleza. Sus cuatro brazos, dos de los cuales acaban en pinzas, hacen señas y se agitan al son del placer de los mortales y del dolor que resulta de la complacencia excesiva. Sus enormes pinzas afiladas pueden atravesar la armadura de un caballero de un sutil golpe, mientras que con sus manos puede aplastar los huesos y tendones de sus enemigos con gran facilidad. Sus enormes ojos similares a joyas encierran los secretos del placer y el dolor, ansias ocultas e impulsos terribles. Su piel de color pastel exuda un almizcle narcótico que magnifica los sentidos, cautiva el espíritu y envía impulsos oscuros a las mentes y los corazones de los mortales.

Su cabeza, a veces humana y otras bestial, está rodeada por un conjunto de cuernos curvos con un lustre aceitoso y reluciente. Una lengua de serpiente se desliza por entre sus dientes afilados como cuchillas, saboreando el aire y la perversa energía que contiene. Varios senos turgentes cuelgan del lado izquierdo de su torso, como inmensas y obscenas garrapatas. Camina sobre fuertes piernas que acaban en garras casi reptiles. Avanza a grandes zancadas por la tierra, vestido con un elaborado atuendo de colores extravagantes y materiales exóticos, desde cadenas duras como el hierro hasta los terciopelos más suaves.

Aunque es horripilante, haga lo que haga siempre resulta difícil apartar la mirada de él.

Capacidades[]

Guardián de los Secretos de Slaanesh por Adrian Smith

Cuando aparece un Guardián de los Secretos, se pierde toda esperanza. Su presencia causa estragos en las mentes de los mortales que les rodean, interfiriendo con su capacidad para concentrarse, distrayéndoles con su carisma sobrenatural. El Inmoral danza mientras combate, deslizándose sobre regimientos y aspirantes a héroes por igual, deleitándose con cada tajo de sus pinzas, profiriendo risotadas que se mezclan con los alaridos de los moribundos.

Tanto dentro como fuera del campo de batalla, un Guardián de los Secretos domina con facilidad a los mortales con su inhumana capacidad de fascinación. Quienes caen víctimas del encanto del Despojador de Carne hacen lo que sea con tal de satisfacer a su nuevo amo, olvidando todo lo que es decente y perdiéndose en el aura del demonio.

Cuando este juego se vuelve cansino, aburrido o termina, el Asesino de Slaanesh hunde sus pinzas en la carne de su esclavo, deteniéndose para experimentar la sensación de calor de los órganos latiendo por última vez, embebiéndose en cómo se desvanece la luz de su mirada, antes de reducir su cadáver a pedazos de carne sanguinolenta. Este destino puede ser mejor que el abandono por parte del Gran Cornudo, ya que cuando una criatura se ha imbuido de su presencia, nada puede volver a saciar sus abrumados sentidos.

Guardianes de los Secretos Conocidos[]

Ver También[]

Miniaturas[]

Imágenes[]

Fuentes[]

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