Gideon

El Heraldo de Tzeentch Sheru-Tar Gee'taru, más conocido como Gideon fue el primer demonio con el que contactó Teugen cuando estaba en Nuln y desde entonces sigue con él.

Descripción[]

Gideon es un maestro de las ilusiones y puede adoptar otras formas así como también tiene la aptitud de cambiar su voz. Su forma natural es la de un horror rosa de Tzeentch rodeado por una onda de magia constante: un demonio de múltiples brazos y carne rosada, con la boca abierta y llena de colmillos y tentáculos que no paran de cambiar. El personaje que el demonio proyecta como Gideon es sardónico y finge tener un sentido del humor estrafalario e irónico. Aunque rara vez ríe –si es que alguna vez lo hace– siempre hay una sonrisa irónica y algo arrogante en sus labios.

Sin embargo, Gideon no es como la mayoría de los demonios de Tzeentch. No es una criatura loca y farfullante de magia desenfrenada, es mucho mas astuto. Su amo lo creo a partir de la codicia de otros con un propósito especifico. Es ambicioso, inteligente e ingenioso y trabaja en pro de los objetivos de su amo con una resolución singular que aterrorizaría a Teugen si lo supiera.

Descripción Antigua[]

Trasfondo Antiguo

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Bajo su forma innata, Gideon es un ser diminuto y arrugado con largos brazos, piernas de alambre y piel arrugada y escamosa. Tiene alas de murciélago que le permiten volar.

Historia[]

Gideon disfrazado por Wil Ress — Gideon disfrazado en Sombras sobre Bögenhafen

Johannes Teugen contactó por primera vez con el demonio al que llama Gideon hace ocho años en Nuln. Lo que Johannes no sabe es que el amo de Gideon, un gran demonio de Tzeentch con planes a gran escala para El Imperio, le ordenó que firmara un pacto con Teugen. A cambio del alma de Teugen, Gideon debía concederle gran riqueza y prosperidad durante siete años.

Para tentar a Teugen, Gideon le dejó una escapatoria al mercader diciéndole que, si podía persuadir a otros siete para participar en un ritual antes de que pasaran los siete años, se llevaría esas almas en lugar de la suya. Esto pondría fin al pacto y liberaría a Teugen del trato. Después de pensarlo mucho, Teugen aceptó al fin. Sin embargo, ignora que Gideon le mintió y que nunca podrá recobrar el alma y que, encima, el ritual de intercambiar siete almas por la suya en realidad abre un portal interdimensional al Reino del Caos, directamente al corazón del mundo de Tzeentch.

En los primeros meses en Nuln, el demonio solía usar el aspecto de Nina Dietrich, una famosa actriz del Teatro Staatsoper y una favorita de Teugen. Eso fue antes de que se cerrara el trato, antes de que a Teugen se le ofreciera el mundo y mas mientras el demonio le susurraba dulces promesas al oído. Después del pacto, en Bögenhafen el demonio adoptó la forma de Gideon, un primo lejano de Teugen. Aparece como un humano alto, delgado, vestido de manera impecable, de cabello oscuro y un rostro apuesto dominado por unos penetrantes ojos verdes.

Batalla Final - El Enemigo en las Sombras por JG O'Donoghue

Aunque sabe que no debería, el demonio esta disfrutando de esta estancia en el Reino de los Mortales. Últimamente, Gideon ha empezado a aparecer como un niño cuando esta cerca de Teugen y a masticar mucho ajo, ya que sabe que ambas cosas le irritan sobremanera. Con el paso de los años, la pretensión del demonio de divertirse con la codicia y la credulidad de los mortales se ha hecho bastante real y solo se ve excedida por lo que le entusiasma la idea de su inminente triunfo, cuando el ritual de Teugen –en el que el muy ingenuo cree que salvara el alma– abra en realidad una Puerta del Caos en el corazón de Reikland. Su amo estará muy complacido.

Afortunadamente, debido a la oportuna intervención de un grupo de aventureros, Johannes no pudo acabar el ritual a tiempo y su alma fue enviada a reunirse con Tzeentch. Gideon trató desesperadamente de retomar el ritual donde Teugen lo dejó, pero una voz incorporal le increpó por su fracaso y le ordenó volver hasta él. Su cuerpo comienza a arder en llamas centelleantes, aullando y retorciéndose en una agonía indecible, hasta que se consume.