Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Príncipe Imrik, Señor de los Dragones de Sam Wood

"El mundo es nuestro para gobernarlo como queramos. Nos ganamos este derecho en los albores de los tiempos, cuando fuimos nosotros, y solo nosotros, los que derrotamos a las fuerzas del Caos y las arrojamos de vuelta a su fétido reino. Las razas inferiores deben aprender esta lección y se someterán a nuestro gobierno; si no lo hacen voluntariamente, entonces haremos que lo acaten por la fuerza de las armas."

Imrik, Príncipe Dragón de Caledor.

Señor de los Dragones, Príncipe de Caledor.

El Príncipe Imrik es el último del linaje de Caledor Domadragones y Caledor el Conquistador, y el noble más importante entre los Príncipes Dragón de la actualidad. Imrik, que está al mando de los caballeros de la Casa de Tor Caled, es uno de los pocos que aún puede despertar a los Dragones sin dificultad en tiempos de necesidad. Es tenido por muchos como el líder indiscutible del Reino de Caledor.

Atrás quedaron los días en los que sus seguidores iban a la guerra a lomos de poderosos Dragones de fuego, pero Imrik sigue luchando a la manera tradicional, sobre su majestuoso y leal Dragón, Minaithnir. Y así combate en defensa de su reino y todo Ulthuan junto a Tyrion y Teclis, descendientes de la gran Casa de Aenarion.

Características[]

Imrik -Total War Warhammer

El más noble de los Príncipes Dragón es Imrik, el último de la estirpe del Rey Fénix Caledor de la Casa de Caledrian. Imrik es uno de los pocos que pueden despertar a los dragones de su reposo en tiempos de necesidad; y, aun así, solo a unos pocos. Ya han quedado atrás los días en que sus seguidores marchaban a la batalla montados sobre estas criaturas que escupían fuego. Ahora, únicamente Imrik lucha de esta forma tradicional.

En defensa de su hogar natal y de todo el reino de Ulthuan, Imrik es un fornido bastión de fuerza. Junto con Tyrion y Teclis, los descendientes de la gran estirpe de Aenarion, es considerado un muro indestructible entre muchos de los enemigos de los Altos Elfos y la isla mística de Ulthuan. El Príncipe Imrik es el guerrero Alto Elfo más poderoso de su era. Los habitantes de Ulthuan dicen que la nobleza del Rey Fénix Caledor y la fuerza en combate del Rey Fénix Tethlis han renacido en el Señor de los Dragones. Dirige su Dragón al ataque, picando sobre los enemigos de los Altos Elfos con la furia destructora de un relámpago. La gran bestia escamosa agarra a sus víctimas y las despedaza miembro a miembro, mientras el Príncipe Imrik atraviesa un enemigo tras otro con su devastadora Lanza Estelar. Pocos pueden resistir su ataque, y ningún ser vivo puede sostener su ardiente mirada o igualar la fuerza de su brazo.

Caledor es ahora un reino silencioso. Ya no resuenan en el cielo los gritos de los dragones y el rugir de sus alientos de fuego. Ya no retumban las cuevas con sus sonidos y la tierra tampoco tiembla con sus fuertes pisadas. Solo resuena el eco de los pasos de los Altos Elfos caminando por los salones ancestrales.

Historia[]

Juventud[]

El Príncipe Imrik nació en el seno de la noble Casa de Tor Caled, herederos directos del mismísimo Caledor Domadragones y la más noble de las familias nobles Asur del Reino de Caledor. No se sabe mucho acerca de la infancia de Imrik, pero eventualmente terminó siendo el último de su dinastía y desde temprano se destacó por sus habilidades marciales y su arrogancia (incluso entre los otros Príncipes Dragón).

En su juventud, durante una batalla contra los Elfos Oscuros en las estribaciones del Amari, Imrik yacía moribundo y su cuerpo estaba herido por muchas de las crueles hojas Druchii. Sin embargo en ese momento, el temible rugido de un anciano Dragón empezó a sacudir la montaña. El dragón era conocido como Minaithnir y había estado dormido durante largos siglos, pero en esa ocasión algo había despertado a la poderosa bestia y la había enviado a ayudar al joven príncipe. Los Elfos Oscuros que huyeron ante la aparición de Minaithnir fueron afortunados. Todos los que se quedaron para luchar contra el dragón fueron inmolados por sus poderosos fuegos, o despedazados por sus garras. Cuando todos los enemigos fueron derrotados, Minaithnir llevó a Imrik hasta Tor Caleda, donde los sanadores del príncipe trabajaron para curarle las heridas.

Desde ese día, Imrik y Minaithnir han luchado como uno solo. El dragón nunca ha hablado de sus razones para unir sus destinos, e Imrik, mostrando la arrogancia común a su linaje, piensa que simplemente es una señal de que la estrella de Caledor está ascendiendo una vez más. Solamente mientras se cierne el Rhana Dandra, y los extraños tiempos que corren, ha llevado a Imrik a considerar que la lealtad de Minaithnir sirve a un objetivo mayor.

La Invasión de los Elfos Oscuros[]

En los años posteriores a la invasión de los Elfos Oscuros del año 138 de la IX era del calendario élfico, el Príncipe Imrik se destacó por liderar a los caballeros de su casa y su reino en dedicar todos sus esfuerzos en proteger a los Dragones dormidos de las crueles hojas de los Druchii.

El Ascenso de Caledor[]

Emblema Warhammer Total War Caledor

Emblema de Caledor

En el año 188 de la IX era del calendario élfico, cuando el destino del mundo era cada vez más oscuro y Ulthuan recibía cada vez más asaltos, el Príncipe Imrik de Caledor veía que las hazañas de su gente no podían compararse con las de sus ancestros, que la sangre de Caledor se había diluido más con el paso del tiempo. Bajo el nombre del Gran Consejo de Caledor, Imrik ordenó a los Príncipes Dragón que despertaran a los grandes dragones de antaño. Imrik prometió que Caledor volvería a brillar como en tiempos pasados, aunque tuvieran que sacrificar a sus hijos e hijas para hacerlo. Durante las siguientes semanas y meses, las forjas del Yunque de Vaul echaban humo, y el Espinazo de Dragón repicaba de nuevo con el picar de los herreros. Los Dragones se despertaban. Grandes huestes de lanceros y arqueros se alineaban en las montañas. Algunos fueron hacia las grandes puertas del norte; otros, hacia los Reinos Exteriores. Otros muchos surcaron el océano del sur. Caledor estaba preparado para cualquier situación y se enfrentaría a ella sin miedo.

El Asedio de Couronne[]

Emblema Warhammer Total War Bretonnia

Emblema de Couronne

En el año 255 de la IX era del calendario élfico, cuando la ciudad bretoniana de Couronne acabó bajo el asedio de una gran manada de guerra de Hombres Bestia, llegó la inesperada ayuda de un ejército de Altos Elfos bajo el mando de Imrik de Caledor. En realidad, a los Elfos poco les importaba el destino de esa ciudad de Bretonia, ya que lo único que les incumbía era la santidad de los monolitos que estaban enterrados bajo la principal fortaleza de Couronne. Así fue como los Príncipes Dragón junto con los Caballeros del Reino combatieron contra los Gors, y como murallas de estoicos Hombres de Armas acabaron flanqueados por regimientos de nobles arqueros Asur y la adusta Guardia del Fénix.

En Bretonia, los bardos cuentan que el Príncipe Imrik y el Rey Charlen lucharon como hermanos ese día, combatiendo como uno solo contra todos y cada uno de los Escuerzos Alados y Gorgonas que emergían de las filas andrajosas de los Hombres Bestia. Hubo algunos que afirmaron que el Rey Charlen salvó la vida de Imrik, clavándole la espada a un Cigor desde un sillín antes de que pudiera aplastar al Elfo. Por su parte, los Asur recuerdan a los bretonianos como luchadores ordinarios pero muy entusiastas, cuyo valor casi se veía ensombrecido por su impertinencia. El Príncipe Imrik nunca perdonó a Charlen por haberle robado muchas de sus muertes.

La Profecía de Minaithnir[]

En una ocasión, mientras volaban a través de las tormentas que rugían alrededor de la Isla Maldita, Minaithnir le había dicho a Imrik que los dragones de Ulthuan morirían todos juntos en la última batalla contra los Dioses Oscuros. Había sido un pronunciamiento poco característico, tal vez provocado por la proximidad a la infame Hacedora de Viudas, por lo que el dragón le había hecho prometer a Imrik que nunca repetiría sus descuidadas palabras. Y así, Imrik nunca le ha contado a nadie sobre la sombría profecía de Minaithnir, pero el Príncipe ha mantenido su promesa de un despertar mientras reúne fuerzas para otra canción...

En Tiempos Recientes[]

Emblema Warhammer Total War Caballeros de Caledor

Emblema de la Casa de Tor Caled

En tiempos recientes, el Príncipe Imrik ha marchado junto a sus caballeros en múltiples campañas, asistiendo y defendiendo a los Altos Elfos para mayor gloria de Imrik y los suyos. Ha colaborado estrechamente con los gemelos Tyrion y Teclis en diversas campañas, algunas de ellas llevándolo tan lejos como a las Tierras del Sur y más allá. Sin embargo, sus propias expediciones le han llevado incluso hasta las Tierras Oscuras; el Príncipe de Caledor busca encontrarse con conocidos Dragones y sus súbditos y sumarlos a sus propias fuerzas (usando la violencia si fuera necesario). El objetivo final de Imrik es comandar a la mayor hueste de Dragones vista desde los tiempos de Caledor Domadragones.

Entre los Dragones que Imrik busca dominar se destacan Bruwor el Protector de la Vida, Gordinar el Campeón de la Llama, Lamoreaux el Aliento Helado, Shackolot la Calamidad, e Ymwrath el Eterno.

Los viajes de Imrik lo han alejado de Caledor, por lo que su control sobre la Corte de los Dragones en su patria ha menguado. El Príncipe Erethond gobierna de facto el reino ante la ausencia de su señor, pero ciertas facciones de nobles de Caledor han aprovechado esta ausencia para hacerse con el poder, buscando aliados por todo Ulthuan y comprando favores y amigos con exuberantes regalos. Caledor cae fácilmente ante la división y la apatía de sus gentes, donde los nobles se deleitan en lujosos bailes incluso cuando las crueles incursiones punitivas de sus enemigos saquean las costas. Estos nobles advenedizos, aunque patéticamente incompetentes en lo que se refiere a la guerra, han demostrado ser una facción experta en política, no obstante está dividida y carece de un liderazgo claro. Sin embargo, cuando el Príncipe Imrik regresa de sus viajes todos ellos inclinan la cabeza ante él, pues no se atreverían a traicionarlo y ninguno de los Príncipes Dragón se le puede medir si quiera.

El Fin de los Tiempos[]

Fin trans
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.
Imrik fin de los tiempos

El Príncipe Imrik proviene de una de las líneas más nobles de todo Ulthuan. Su sangre es la de los reyes, y la de Caledor Domadragones - el más grande de los héroes. Sin embargo Imrik es también el último de su linaje; aunque él no lo sabe, su destino se entrelaza con el de toda su raza. Mientras el príncipe tenga la fuerza para manejar la Lanza Estelar y el Cuerno de Dragón de su estirpe, los Elfos perdurarán. Cuando caiga, los elfos caerán poco después.

En los primeros años de su gobierno, Imrik ocultó su disgusto por la forma parroquial y cautelosa en que los Altos Elfos habían convertido sus relaciones. Durante largos años, Imrik no tomó ninguna acción. Los príncipes de Caledor siempre habían apreciado altamente la lealtad, y el príncipe no tenía ningún deseo de traer la vergüenza a sus antepasados. Sin embargo, mientras pasaban los años, Imrik estuvo cada vez más frustrado por la docilidad del Trono del Fénix, y decidió dar ejemplo como sólo podía Caledor.

Y así, cuando los videntes de Caledor hablaron cada vez más de una época que se aproximaba de fuego y destrucción, Imrik decidió ir a su encuentro preparado. A su orden, los dragones fueron despertados y los ejércitos reunidos. Los guerreros de Caledor fueron enviados por todo el mundo, trayendo nuevas esperanzas a las remotas colonias de los Altos Elfos. Los estandartes dragón adornaron las defensas de cada fortaleza, y las murallas de cada puesto avanzado desde el extremo de Lustria a las dispersas islas al sur de Catai. Por otra parte, Imrik comenzó a tener un creciente interés en las luchas de los reinos de los humanos, y les prestó ayuda. El propio Imrik dirigió la carga en muchas de estas batallas, montando en lo alto de la silla del poderoso dragón Minaithnir, contado entre los últimos y más grandes de su especie.

Las obras de Imrik reavivaron la gloria de Ulthuan, y su brillante Lanza Estelar rompió más de un muro de escudos, pero no era suficiente. En todas partes, las fuerzas de los Dioses Oscuros estaban en marcha, y era evidente para Imrik que los reinos civilizados estaban enfrascados en una guerra que estarían en apuros para ganar.

A partir de entonces, Imrik se sumergió en su nueva cruzada, seguro de que su lucha era a la vez honorable y necesaria. Pero mientras el tiempo pasaba, y cada vez más sangre caledoriana era derramada en defensa de tierras lejanas, el príncipe se dio cuenta de que su grito de guerra había caído en oídos sordos. Pocos de los nobles de Ulthuan habían seguido su ejemplo, y algunos se burlaban abiertamente de sus esfuerzos llamándolo despilfarro y temerario.

De este modo Imrik volvió a Ulthuan con una furia que hervía a fuego lento, decidido a enfrentarse con sus detractores. Sin embargo, su casa había estado siempre en el campo de batalla, no en las cortes de seda de Lothern, y sus argumentos fueron demasiado a menudo desviados por los bonitos discursos de sus oponentes. Tal vez si Tyrion y Eltharion - ambos de los cuales compartían muchas de las preocupaciones de Imrik - hubieran estado presentes, el príncipe de Caledor habría ganado más interés de la Corte del Fénix. Por desgracia, ambos estaban muy lejos en ese momento, buscando desesperadamente a la perdida Niña Eterna, Aliathra.

A medida que el temperamento de Imrik iba peor, buscó audiencia con el Rey Fénix, pero cada vez que lo intentaba recibía sólo un lamentable rechazo. Finubar casi nunca atendía al consejo por más tiempo. Incluso cuando el Rey Fénix aparecía, tan cansado parecía que Imrik se dio cuenta de que su apoyo contaría poco, incluso si pudiera asegurarlo. Peor aún, estaba claro para Imrik que varios de la Corte del Fénix buscaban posicionarse como eventuales sucesores de Finubar. Tales deliberaciones apenas eran frecuentes, por supuesto, pero había una urgencia en el aire que era impropia en el mejor de los casos, y siniestra en el peor.

Al fin, su paciencia se extendió más allá de sus límites, con Imrik encaminándose hacia la traición. Comenzó poco a poco. La fuerza de Caledor - una vez disponible libremente para los Diez Reinos - ahora se concedía sólo a los señores y príncipes que estaban dispuestos a apoyar Imrik en su propia opción a la Corona del Fénix. De repente, muchos de los que se habían burlado del príncipe trataron de convertirse en sus amigos más queridos, porque habían visto a sus propios ejércitos y los habían visto pequeños. En el momento en que el cometa de dos colas regresó, y Ulthuan fue acosado por los demonios de una forma no vista desde los tiempos de Aenarion, pocos se rieron de Imrik durante más tiempo, ya que estaban demasiado ocupados rogándole ayuda.

Fue entonces cuando al fin Finubar concedió una audiencia a Imrik, invocando al príncipe de Caledor a su torre en la oscuridad de la noche. Esperando ser reprendido por sus recientes acciones, Imrik se sorprendió al encontrar al Rey Fénix aprobando silenciosamente sus acciones - o, al menos, tanto como podía decir. Finubar habló mucho con acertijos y medias frases aquella noche, como si estuviera tratando de transmitir una verdad a la que incluso él se agarraba débilmente. Otros podrían haber pensado que Finubar estaba loco, tan confuso era su discurso, pero Imrik vio la verdad de la cuestión: el futuro que el otro había vislumbrado era tan vasto como para dar una explicación sencilla. Así que cuando Finubar habló tranquilamente de su inminente muerte, Imrik le creyó por completo.

Cuando Imrik por fin dejó la torre de Finubar, lo hizo con fresca determinación, y redobló sus esfuerzos para obtener el respaldo de la Corte del Fénix. Sin embargo, la discordia fue creciendo en todo Ulthuan, y los príncipes del reino estaban cada vez más divididos entre Imrik y los que afirmaban estar actuando de acuerdo a los deseos de Finubar. Por lo tanto, cuando Tyrion al fin regresó del mar, hizo a Imrik responsable de la división de Ulthuan y ejecutó un desafío ante la Corte del Fénix. Abandonado por sus volubles partidarios, Imrik se vio obligado a abandonar su asiento en el consejo y volver a la solidez de Caledor. Desde Tor Caleda observaba a Tyrion y a Teclis expulsar a los demonios de Ulthuan, pero se involucró poco salvo que fuera amenazado Caledor o sus pocos restantes aliados.

Poco a poco, la Guerras de Recuperación se volvieron en favor de los Elfos, pero Imrik no obtuvo ninguna alegría de las victorias. Había visto en la evolución de los acontecimientos demasiadas de las cosas descritas en los murmullos callados de Finubar, y observaba con cautela mientras la posición de Tyrion en la Corte del Fénix florecía como nunca antes. Cada vez más consciente de que la guerra contra los demonios no era más que el precursor de algo mucho peor, Imrik envió a sus jinetes de dragón a través de los océanos, ordenando que volvieran a casa todas las tropas caledorianas. El príncipe no sabía a ciencia cierta lo que venía, pero estaba determinado a que Caledor sobreviviera.

Poco después, la diosa Lileath visitó los sueños de Imrik. Guiando al príncipe hasta el corazón del Gran Vórtice, lo llevó delante de su ilustre antepasado, Caledor Domadragones. Allí, la diosa y el mago hablaron de restaurar un trono robado, y de un terrible futuro que podría ser frustrado sólo si los antiguos odios eran puestos a un lado. Imrik despertó con un sudor frío y el estómago revuelto. Se le había pedido hacer lo impensable, pero sabía que si lo que había dicho Caledor era cierto, entonces no había otra manera.

La siguiente mañana, un solitario barco Naggarothi entró en el puerto de Tor Caleda. El signo de Lileath estaba en sus velas y el dragón de Caledor en su proa. Su llegada cambió el destino de Imrik para siempre...

Batallas del Fin de los Tiempos[]

Batalla Final[]

Imrik batalla final

El camino de Imrik hasta la Isla de los Muertos había sido un camino largo y difícil, pero se había agarrado a su fe. Aunque originalmente luchó al lado de Malekith sólo porque Caledor Domadragones le habló de esa necesidad, Imrik había comenzado a vislumbrar resquicios de nobleza que brillaban a través del alma cruel y callosa del Rey Fénix. Esto, junto con el descenso de Tyrion a las más oscura de las locuras, habían anulado cualquier duda que Imrik hubiera tenido. Había empezado a creer que el amanecer de una nueva de los elfos estaba llegando, y estaba seguro de que les iría mejor bajo el gobierno de Malekith que el de Tyrion.

Monturas[]

  • Mautererius - el incondicional corcel del Príncipe Dragón está engalanado con placas y láminas de "plata celeste" que imitan la apariencia de un poderoso Dragón.
  • Minaithnir - el Dragón de Imrik, leal hasta el fanatismo, es un símbolo del irrefutable eminencia del Señor Elfo como último de los grandes Príncipes Dragón.

Equipo[]

  • Armadura de Caledor - durante más de cuatro mil años, los señores de la Casa de Caledor han llevado esta armadura en la batalla, y ahora la porta Imrik con orgullo.
  • Lanza de Caballería Estelar - la punta de esta arma está forjada a partir del corazón de una estrella caída. Con una hoja tan afilada, ninguna armadura puede proteger a los enemigos de Imrik.
  • Cuerno del Dragón - con solo oír una vez el Cuerno del Dragón, forjado con el fuego del aliento llameante de Draugnir, el enemigo se encoge de terror sabiendo lo que se le avecina.

Miniaturas[]

Imágenes[]

Curiosidades[]

  • Se cree que los Dragones no pueden luchar directamente contra Imrik.
  • Es conocido que Imrik jamás ha roto un juramento hecho a sus amigos, y tiene intención de no fallar jamás en ello.
  • El hecho de destacar su arrogancia incluso entre los Príncipes Dragón es digno de mención, así como el hecho de ver al resto de razas (y de reinos élficos) como inferiores a él y los suyos. No obstante, Imrik no ha tenido problemas en dejar de lado sus prejuicios y tragarse el orgullo cuando se debe hacer frente a la amenaza del Caos y las fuerzas de la oscuridad, erigiéndose como uno de los grandes paladines de las fuerzas del orden en el mundo.

Fuentes[]

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