Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Morr
Edición Coleccionista Death on the Reik Morr por Sam Manley
Detalles
Sede del culto Luccini, Tilea
Líder del culto Nadie
Principales órdenes Los Augures, la Orden del Sudario
Principales festividades Hexensnacht, Geheimnisnacht
Libros sagrados El libro de los portales, Cánticos del cuervo
Símbolos sagrados Rosa negra, cuervo, portal de piedra.

Dios de la Muerte y soberano del Inframundo.

Morr normalmente se le representa como un hombre alto de porte aristocrático, con un aspecto distante, ligeramente pensativo. Las almas de los muertos le pertenecen, y se asegura de que llegan a salvo a su reino oscuro, Es enemigo de la no muerte en todas sus formas, pues la creación de muertos vivientes es una lacra para sus dominios.

También es el dios de los sueños y los augurios. Supervisa el deambular de los soñadores por las tierras de los sueños, que se encuentran en el límite del reino de los muertos, y envía presagios a los visionarios y a los locos. Se dice que Morr es el esposo de Verena, y en muchos cuentos busca su consejo.

Morr[]

Morr

El culto de Morr es uno de los más extendidos del Viejo Mundo. En una tierra abrumada por la guerra, la enfermedad y los horrores del Caos, la muerte es una compañera constante, un final ineludible. La mayoría de los viejomundanos se resignan a sus temores naturales y aceptan la muerte como un aspecto necesario de la vida. De hecho, podría decirse que los viejomundanos, y en especial los habitantes del Imperio, sienten una fascinación malsana por ella, e incorporan símbolos de la muerte en todas las cosas. Desde las calaveras que decoran sus estandartes hasta la cultura marcial que impregna la sociedad imperial, la muerte está en todas partes, y su amo absoluto es Morr.

Pero Morr es el Dios de los Muertos, no de la Muerte. eyenda cuenta que Morr apareció cuando murió el primer humano, defendió su alma de los siervos de los dioses oscuros que pretendían consumirla. Conforma seguían muriendo los humanos, Morr los fue tomando bajo su protección en su Reino.

Quienes duermen están más próximos a la muerte, y ésta es el destino final para todos. Es por ello que Morr es también el Dios de los Sueños y las Profecías. Fuera de los funerales, lo mayoría de los que rezan a Morr lo hacen a este aspecto. Los únicos que pueden recibir su protección son los muertos, y ellos no rezan.

Carácter[]

Por fuera, Morr parece un dios indiferente, que arrastra a los vivos a sus dominios, pero sus sacerdotes saben que en el fondo es un dios indulgente, ya que protege a los soñadores y a los muertos, asegurándolos en sus dominios. Su oposición a la nigromancia y su provisión de augurios son ambos señales de su benevolencia.

Símbolo[]

Símbolo de Morr

Los símbolos más habituales de Morr son la rosa negra, el cuervo y el portal de piedra. Sus sacerdotes visten túnicas negras con capucha, en ocasiones sin ningún tipo de símbolo ni adorno, en otras, decorados con huesos y cráneos de difuntos.

Área de Culto[]

Morr es adorado y conocido por todo el Viejo Mundo, pero es más popular en el sur. No es un dios común y corriente, pero suele recibir la adoración principalmente de los afligidos, que le presentan sus oraciones y sacrificios con la esperanza de que su difunta voluntad alcance su reino a salvo y prospere en él. También apelan a él los intérpretes de sueños (los Ilusionistas que no sigan a Ranald el Embaucador pueden tomar a Morr como su patrón) y los que desean librarse de sus pesadillas. Además, muchos hechiceros amatista consideran a Morr como su patrón.

Culto[]

Guardatumbas por Pat Loboyko

Al culto de Morr no le preocupa lo que piense el resto del mundo. Todos acaban acudiendo a ellos, y ya está bastante ocupado custodiando a quienes ya tienen a su cuidado. Esta independencia casi siempre se extiende a los sacerdotes individuales; los que emprenden carrera en el seno del culto suelen ser personas que no necesitan apoyo de nadie para tomar sus propias decisiones.

Pero los miembros del culto sí que se preocupan por el resto del mundo. Algunos conocen el futuro mejor que la mayoría de los humanos, y todos ellos están rodeados de muerte, y por tanto de los recién muertos que necesitan cuidados y atenciones. Los seguidores de Morr no son poco compasivos, pero tampoco suelen ver a los vivos como responsabilidad suya. Entre los soldados se cuentan historias de sacerdotes de Morr que van de cadáver en cadáver en los campos de batalla, administrándoles la extremaunción e ignorando a los que aún respiran hasta que dejan de hacerlo.

Los siervos de Morr se toman muy en serio sus responsabilidades para con los muertos, y suele haber mártires en el culto que se quedan en un pueblo asolado por una plaga para enterrar a los cadáveres. Su sentido de la responsabilidad a veces se extiende a cumplir los últimos deseos de un moribundo o consolar a los afligidos, pero en general los sacerdotes de Morr no se inmiscuyen demasiado en los asuntos de los vivos.

La excepción más destacada a esta norma es la actitud que mantiene el culto respecto a la nigromancia. Los nigromantes son los enemigos definitivos de Morr: roban de su reino, violan su protección en beneficio propio y burlan su autoridad. Los seguidores de Morr también creen que los muertos vivientes quedan fuera de la protección de su deidad, y por tanto son vulnerables a los dioses oscuros; incluso los no muertos inteligentes que afirman estar contentos con su estado deben recibir el descanso eterno mediante los sacramentos apropiados. La mayoría de los miembros de este culto creen que Morr acepta y protege incluso las almas de los nigromantes, una vez enviados a su reino mediante los rituales adecuados.

Creencias[]

Sacerdote de Morr ojos vendados

La creencia fundamental del culto es que los muertos se enfrentan a graves peligros si no son enviados al seno de Morr con los ritos apropiados. La mayoría cree que tales almas son apresadas y torturadas por Khaine, el envidioso hermano de Morr, o incluso devoradas por las Fuerzas Malignas; las almas son conscientes de esta realidad de forma instintiva. Así, los espíritus de los muertos que no han sido inhumados se aferran a este mundo y permanecen presentes en él como Fantasmas. Si se entierra el cuerpo o se realiza el ritual necesario sobre sus pertenencias (basta incluso con invocar su nombre), el alma del fallecido cae bajo la protección de Morr y puede partir en paz. Desde luego, los no muertos activos deben ser expulsados primero, pero el rito funerario sigue siendo esencial. Ningún alma, ni siquiera la del más vil adorador de las Fuerzas Malignas, debería ver negada la protección de Morr, y sus atenciones se extienden a todas ellas.

Los sueños y augurios suelen verse como la forma que tiene Morr de advertir a los vivos de que una gran amenaza se cierne sobre ellos. La muerte, claro está, no se considera tal amenaza; las profecías sobre la muerte de alguien no sirven sino para darle la oportunidad de dejar arreglados todos sus asuntos. Los augurios casi nunca son claros; Morr confía en la inteligencia de los humanos para que desentrañen sus misterios.

Iniciación[]

Aunque los miembros del culto de Morr se atienen a las creencias básicas que sustentan su organización, cada grupo es independiente, y con el paso de las generaciones cada subgrupo ha desarrollado su propio conjunto de ritos y procedimientos de iniciación. Los miembros seglares, aunque mucho menos comunes que en los demás cultos, suelen trabajar como sirvientes de los sacerdotes, excavando tumbas, ayudando en la preparación de cadáveres o simplemente vigilando sus templos (los lúgubres Jardines de Morr).

Sacerdote Morr en Cementerio

El culto no persigue activamente la adquisición de nuevos iniciados, ya que todos ellos acuden a Morr por sus propios medios (ya sea en vida o en la muerte). El llamamiento se produce casi siempre en el reino de los sueños cuando el candidato experimenta una pesadilla vivida, incluso espeluznante, relacionada con el Señor de los Muertos. Aún tembloroso, el candidato se dirige a toda prisa al templo local y se postra ante los sacerdotes suplicando que le acepten en el culto. Aunque no es común, a veces estos sueños los experimentan personas que ya están cómodamente instalados en el culto, y en ellos se dan instrucciones específicas al sacerdote en cuestión para que reclute a un candidato concreto.

Normalmente los iniciados se ven obligados a realizar tareas aburridas y prolongadas que requieren de una concentración constante. También reciben conferencias sobre la inviolabilidad del descanso de los difuntos y el deber de un sacerdote de Morr. Los iniciados pueden abandonar en cuanto lo deseen; esta es la forma que tiene el culto de cribar a los que llegan tan lejos pero no son aptos para el hábito. Sin embargo, la mayoría de los iniciados persisten; después de todo, existen muy pocas razones para unirse al culto de Morr aparte de la devoción sincera. Como resultado, el sacerdocio siempre está carente de aspirantes (por no hablar de reclutas), y a veces se rebajan los baremos.

Miembros del Culto[]

Warhammer invasion card game 2 by rodgallery-d2zqe7f

Sacerdote de Morr

Los sacerdotes de Morr visten túnicas negras sin adornos ni indicativos de rango. Algunos incluso adiestran cuervos para que se posen sobre sus hombros y miren fijamente a los transeúntes. Suelen llevar el pelo muy corto; la mayoría se afeitan completamente la cabeza. Los Augures de Morr son una excepción, ya que suelen ir ligeramente desaliñados.

La mayoría de la gente piensa que todos los sacerdotes de Morr son individuos hoscos, solemnes y silenciosos. Esto se debe a que sólo tratan con ellos en funerales. Es habitual que los sacerdotes tengan cierto sentido del humor, aficiones e incluso un selecto círculo de amigos. El culto fomenta todo interés que proporcione manos firmes, desarrolle buenas habilidades de costura o genere abundante serrín. Es cierto que los individuos extrovertidos, frívolos y hedonistas no suelen unirse al culto del Dios de los Muertos, pero los sacerdotes de Morr son más propensos que los demás a sorprender a quienes les conocen mejor.

Estructura[]

Cultistas de Morr

Cultistas de Morr

Los templos de Morr son completamente independientes en lo tocante a los asuntos cotidianos. Una vez cada diez años, el clero se reúne en un cónclave en Luccini para acordar los ritos funerarios y asuntos doctrinales. En teoría todos los sacerdotes han de asistir a él, pero está completamente prohibido dejar los templos sin personal ni protección. Cada templo envía al menos un representante, elegido oficialmente por Morr en un sueño. Por lo general es el representante quien tiene este sueño, aunque a veces el sumo sacerdote sueña que un subordinado especialmente irritante debe acudir al cónclave.

En el interior de cada templo, el sumo sacerdote se encarga de organizar las actividades diarias. Éstas dependen de las órdenes impartidas por Morr, las cuales difieren en tal medida que han de considerarse por separado.

Warhammer signs of faith iii by nachomolina-d35rvfo

Muy pocos templos están tan ocupados como para que sus sacerdotes carezcan de tiempo libre. El culto permite cierto grado de ocio, y los sacerdotes de Morr suelen tener algunos amigos ajenos al templo. Sin embargo, el culto también cree que Morr envía instrucciones a sus clérigos a través de los sueños, y para seguirlas a menudo se requieren acciones fuera de lo ordinario.

El culto predica que Morr se comunica con sus sacerdotes para conminarles a consolar o ayudar a los afligidos, y los clérigos (incluso los iniciados) responden a tales llamamientos sin titubeos. Los sueños que exigen otras formas de intervención deben discutirse con los demás sacerdotes del templo, quienes examinan sus propios sueños para confirmar la interpretación. En Cánticos del Cuervo se estipula que, en ocasiones, Morr puede enviar mensajes a un único sacerdote para poner a prueba el discernimiento de los demás, por lo que un sueño podría proceder de Morr aun cuando ninguno de los demás sacerdotes haya tenido sueños similares.

Si el sueño únicamente requiere de la intervención del soñador, casi siempre se le permite continuar. Toda acción que ponga en peligro al templo, o que implique la cooperación de otros sacerdotes, se evalúa mucho más rigurosamente. Si los intereses del templo (o de los sacerdotes residentes) se ven amenazados, casi todos los sacerdotes tendrán sueños que les impulsarán a defenderse. O al menos afirmarán haberlos tenido.

Cultistas de Morr por Mark Gibbons

Los conflictos políticos internos de los templos de Morr suelen expresarse bajo la forma de sueños en los que se acusa a los sacerdotes rivales. Los templos cuyos sacerdotes poseen vínculos con la nobleza también son considerablemente más propensos a recibir instrucciones para intervenir en los asuntos de los vivos, mientras que aquellos con amistades entre los mercaderes suelen involucrarse más en los asuntos comerciales. Oficialmente, el culto sostiene que Morr envía instrucciones a los que están mejor capacitados para obedecerlas. Extraoficialmente, hay veces en que otros templos contratan agentes para asegurarse de que sus “sueños” no han sido inventados para ocultar corrupción política. Por supuesto, estos mismos agentes también son contratados por otros templos para descubrir si dichos sueños son un fraude, con la excusa de que un sueño enviado por Morr ha revelado al sacerdote contratante que el otro templo está corrupto.

Amigos y Enemigos[]

El culto de Morr mantiene relaciones amistosas con las demás religiones importantes del Viejo Mundo, pero no tiene amigos en particular. Sus principales enemigos son los Nigromantes, que saquean el reino de Morr con sus encantamientos, y el prohibido culto del hermano de Morr, Khaine, dios del asesinato. A veces hay roces y resentimientos entre los Ilusionistas que siguen a Morr y los devotos de Ranald.

Facciones[]

Sacerdote de Morr

La principal división interna del culto de Morr es la existente entre la Orden del Sudario, que lo veneran como Dios de los Muertos, y la de los Augures, que le rinden culto en su aspecto de Dios de los Sueños y las Profecías. Si bien la primera es mucho mayor, apenas si hay tensión entre ambos grupos, ya que sus respectivos seguidores aceptan la diversidad de aspectos que ofrece Morr.

Pero hay otra división del culto que sí provoca ciertas tensiones. Casi todos los sacerdotes de Morr permanecen en un templo y viajan muy poco. Otros, sin embargo, recorren todo el Viejo Mundo, normalmente siguiendo sus sueños. Este último es un grupo muy reducido, pero ningún templo ejerce autoridad alguna sobre estos sacerdotes itinerantes y, como viajeros que son, todos asisten al cónclave de Luccini, por lo que jamás se les ha acusado de herejía. Con todo, no son del agrado de la mayoría de los sacerdotes sedentarios de Morr, quienes les conminan a continuar su viaje cuanto antes. Por lo general, los sacerdotes itinerantes acatan esta petición con sumo gusto.

La mayoría de los Augures itinerantes son miembros de los Predestinadores, una orden menor formal perteneciente al culto. Los miembros itinerantes de la Orden del Sudario no están organizados en una orden formal, pero aun así tienen mucho en común.

Órdenes de Morr[]

Sectas Fanáticas[]

Morr posee un par de sectas fanáticas que le rinden pleitesía.

Templos[]

Cultistas de Morr transportando ataúd por Mark Gibbons

Los templos de Morr están siempre cerca de lugares de enterramiento y normalmente se usan sólo para servicios funerarios. Hay muy poco contacto entre los distintos templos, pero cada diez años se celebra una reunión general de todos los sacerdotes de Morr en Luccini, donde se debate sobre problemas teológicos y asuntos de doctrina.

Expresiones de Morr[]

  • Salvado por Morr” – fallecido.
  • Si sales con la hija, conocerás al padre” - todo el que se arriesga continuamente a sufrir daños (y en consecuencia visita los templos de Shallya con asiduidad) acabará muriendo (y se reunirá con Morr).

Preceptos[]

Los sacerdotes de Morr son los encargados de cuidar de los muertos. Sus tareas son las siguientes:

  • Honrar todos los rituales funerarios y velatorios.
  • Oponerse a los nigromantes y los no muertos así como también a los seguidores de Khaine donde y cuando se les halle.
  • Ser respetuoso y atento con los muertos y con sus familiares.
  • Prestar atención y obediencia a los sueños.
  • No pueden negarse a celebrar un servicio funerario si se les pide que lo hagan.
  • No pueden entrar o perturbar un lugar de enterramiento adecuadamente consagrado a Mórr.
  • No pueden llevar a la existencia a un No Muerto a no ser que el mismo Mórr se lo autorice expresamente (por medio de una profecía, una adivinación o un sueño).

Imágenes[]

Fuentes[]

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