Rastreaalmas de Slaanesh

"Cuando vi por primera vez a las cazadoras salvajes, el horror de sus garras y el aspecto obsceno de sus corceles fueron lo que más afligieron mi alma. Por suerte, no he podido ver más con el ojo de mi mente por más tiempo, pero el canto ultraterreno de las cazadoras aún resuenan en mis sueños. Es un sonido aterrador y maravilloso a la vez, poseedor de una belleza etérea que solo queda eclipsado por su perversidad. Cuanto más trato de alejarlo de mi pensamiento, más ávidamente mi mente añora sus armonías blasfemas."

—Liber Maleficus.

Jinetes de Slaanesh, Discípulos de la Decadencia, Placeres Siniestros.

Las Rastreaalmas de Slaanesh son las exploradoras del Príncipe del Caos, Diablillas montadas en veloces corceles demoníacos. De voluntad maligna y con la rapidez depredadora de una cobra, las Rastreaalmas recorren a gran velocidad los infinitos campos de batalla del Reino del Caos, tendiendo emboscadas a sus vulnerables presas.

Descripción[]

Rastreaalmas de Slaanesh por John Blanche

Las Diablillas ya de por sí son criaturas a temer, pero cuando se montan sobre los formidables Corceles de Slaanesh, se convierten en instrumentos de terror que se desplaza con rapidez. Una vez que se monta, el enlace entre los dos demonios no se puede romper. Juntas, las criaturas eternamente ligadas se convierten en Rastreaalmas de Slaanesh.

Una Diablilla siempre montará el mismo corcel y siente un gran placer en la personalización y decoración de su montura, pasando incontables horas aplicando meticulosamente tintes, tatuajes y sigilos lúgubres en la piel del corcel en reverencia a su amo oscuro. Cada Rastreaalmas es único, y una línea de estas letales unidades que cabalgan a la batalla contendrá una llamativa variedad de garabatos demoniacos.

Estas demoníacas cazadoras son increíblemente rápidas. Algunas leyendas dicen que pueden seducir incluso al tiempo para viajar entre segundos. Otras historias dicen que los corceles de las Rastreaalmas han sido creados a partir de los deseos culpables de todos los seres vivos por lo que jamás pueden ser adelantados, ¡pues nadie puede huir de sus propios deseos! Sea cuál sea la verdad, ser el objetivo de las Rastreaalmas de Slaanesh es condenarse a una inevitable y atormentada muerte.

Los Corceles de Slaanesh tienen la capacidad de catar los vientos y buscar los espíritus de los mortales como un animal mortal olfatearía la brisa. Cada alma tiene un olor característico y, tras catarlo una vez, el Corcel puede seguir a una criatura específica toda la eternidad. Para sus jinetes esto es muy útil pues, como todas las Diablillas, las Rastreaalmas son juguetonamente crueles. Se regocijan en perseguir a un mortal durante kilómetros y kilómetros de terreno agreste para, cuando todo parece perdido, dejar escapar la presa para que recupere las fuerzas y su vana esperanza de escapar.

Un aventurero que se encuentre con un Rastreaalmas deberá tener esperanzas de derrotar a su enemigo pues, si no lo hace, se verá envuelto en una incansable cacería que puede durar meses, o incluso años, con las Rastreaalmas conduciendo al mortal hasta sus límites de resistencia física y mental. Con mucha frecuencia, la víctima termina derrumbándose, sucumbiendo voluntariamente a su abrazo y entregando voluntariamente su alma al Príncipe del Caos. Entonces las Rastreaalmas finalizan la cacería y arrastran su alma al Reino del Caos.

Con su rendición, el mortal roba a las Diablillas su diversión, pero se condena a una eternidad de exquisitos tormentos en las repugnantes salas del Palacio del Poder.