Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Castillo Drakenhof por Daarken

"Su merced ya habrá advertido que voy a referirme más a Sternieste que a Drakenhof. Creo firmemente que von Carstein está activo y es el responsable de la maldición de Sylvania. El trajín creciente de individuos embozados en capas y de ricos carruajes yendo y viniendo del castillo bastaría para creerlo, pero, además yo mismo he podido avistar al pálido príncipe deambular entre sus muros. Con vuestra ayuda, sire, el Vampiro arderá antes de que acabe el año."

Tratado sobre el Valle de la Oscuridad, por Alberich von Korden.

El Castillo Drakenhof es la ciudadela maldita en la que Vlad von Carstein inició su reinado de terror, ya que en sus almenas invocó a su ejército no muerto. Las fuerzas oscuras siguen sintiéndose atraídas hacia este lugar, por lo que los habitantes de la zona rehúyen este lugar. El castillo fue el hogar de generaciones de los von Draks antes de la aparición de Vlad, y es el refugio de Mannfred von Carstein.

Historia[]

El castillo fue erigido por la familia von Drak, y se rumorea que ningún ser vivo participó en su construcción. El lugar escogido para su emplazamiento se considera maldito desde hace mucho tiempo. Se decía que había sido construido en un terreno muy fatídico, un nexo de las terribles energías de la Magia Oscura, un lugar rodeado por tal cantidad de hechizos protectores que cualquier mortal que pasara allí algún tiempo perdería la razón. Se cuenta que, durante la lluvia de estrellas del año 1111, un inmenso fragmento de Piedra de Disformidad (apodado la Joya de Morrslieb) impactó sobre ese mismo lugar. Desde luego, no cabe duda de que una influencia tenebrosa se ha extendido por toda la región, incluso antes de que Vlad von Carstein lo eligiera como hogar para su estirpe.

Castillo No Muertos por John Blanche

Los aventureros continúan buscando el imponente Castillo Drakenhof, pues circula el rumor de que su biblioteca alberga un incalculable tesoro de conocimientos ocultos. Se dice que allí pueden encontrarse copias de todos los tratados importantes de hechicería, encajonados en abarrotadas estanterías de una extraña madera que a la luz de las velas parece tornarse de color escarlata. Sin embargo, nadie que haya buscado dicho lugar ha vuelto para contarlo.

El famoso poeta aventurero Félix Jaeger, supuestamente el último visitante vivo de Drakenhof, informó en su día de que aunque el castillo parece sin duda abandonado, en realidad cada noche pueden oírse débiles gritos emanando de lo más alto de sus torres. Las cortinas y tapices de sus paredes están podridos, y sus muebles están rotos y cubiertos de polvo. En el comedor, los cálices de obsidiana en los que Mannfred y sus lacayos solían beber sangre siguen imperturbables, presidiendo la mesa de banquetes. Los muros del gran salón están llenos con los retratos de los Condes Vampiro: hombres altos, demacrados y de ojos rojos, cada uno de los cuales se ha ganado por derecho propio una sangrienta página en la historia. Es posible que como no podían verse reflejados en los espejos, los Condes solicitasen los cuadros a modo de recordatorio de sus facciones.

Recientemente, Mannfred ha regresado al castillo tras su resurrección y lo ha llenado de todo tipo de seguidores. Los campesinos de las aldeas cercanas se quejan de misteriosas desapariciones de jóvenes, enormes lobos de ojos rojos merodean por los bosques atacando a cualquiera que quiera cruzar la zona, y por la noche pueden verse carruajes siniestros dirigiéndose hacia el castillo para llevar a cabo algún tipo de reunión o acto clandestino; y por supuesto, los muertos vuelven a agitarse intranquilos en sus tumbas.

Descripción[]

El Castillo Drakenhof es un edificio enorme, dando la impresión de que hubiese sido tallado toda una colina en forma de castillo. La fortaleza está construida en lo alto de un masivo acantilado que domina los bosques que lo rodean y sobre el pueblo del mismo nombre, como una serpiente enroscada que observa a su presa. Los dentados picos que asoman tras él parecen un reflejo de las torres desiguales que se alzan hacia el cielo desde este gigantesco edificio blanco. Numerosas bandadas de cuervos revolotean en torno a estas torres y se posan sobre las gárgolas que decoran sus almenas.

Tiene cuatro torres altas y una fortaleza central gigantesca, bajo la que se encuentran innumerables criptas, mazmorras y cámaras de tortura abandonadas. Su arquitectura era igualmente retorcida. El motivo dominante lo componían calaveras y huesos, la abertura de muchas ventanas estaban talladas con forma de cráneo, y la monstruosa entrada principal, cuyo enorme llamador de negro hierro tenía forma de cabeza de lobo, se hallaba rodeada por la boca abierta de otra cabeza descarnada. Las gárgolas se aferraban a los laterales del edificio tienen alas de murciélago y forma esquelética, casi dan la sensación de que están a punto de cobrar vida y abalanzarse hacia los intrusos.

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El castillo presenta un aspecto bastante decadente y destrozado, fruto de haber sido parcialmente destruido y reconstruido en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos por los distintos regentes. Todavía hay muchas zonas del castillo que se encuentran en estado ruinoso y reclamadas por la maleza. Algunas áreas los son por ser víctimas del abandono durante siglos, mientras que otras aún presentan las huellas de los asedios y bombardeos realizados contra la fortaleza, además de posteriores (e infructuosos) trabajos de demolición llevados a cabos por los enemigos de los vampiros. Durante la Purga de Sylvania del año 2158 fue demolida un ala entera, aunque no se pudo continuar con el derribo porque los ingenieros de asedios y los obreros que el emperador había dedicado a la tarea de destruir aquel lugar se habían vuelto locos y se habían devorado unos a otros.

Durante el reinado de Konrad, se ordenó cavar profundamente debajo del castillo hacia la cadena montañosa, extendiendo su reino muy por debajo y más allá de los cimientos de la fortaleza, construyendo nuevas salas y estancias, además de formar una vasta red de túneles en la roca, en donde ahora crecen líquenes y musgos y en otros sitios cae una película de agua por encima de la piedra. Los esclavos del Conde Vampiro habían cavado tan lejos que habían acabado por penetrar inevitablemente en la red de minas profundas que radiaba desde el núcleo de fortalezas por debajo de las Montañas del Fin del Mundo: Karak-Varn, Zhufbar, Karak-Kadrin.

Warhammer Total War Escaleras Condes vampiro

Desde su regreso, Mannfred von Carstein se ha consagrado a reconstruirlo para recuperar su anterior gloria. Y no es tarea fácil: su estructura ha sido renovada y ampliada en muchas ocasiones, por lo que Drakenhof es una estructura laberíntica de habitaciones en desuso y corredores desolados que se extienden como dedos cavernosos hacia el interior de la montaña donde se halla el castillo, formando una mezcla de decadencia y renovación. Algunos corredores están cubiertos por telarañas y huelen a moho, y toda un ala ha sido abandonada a los fantasmas de los muertos y está sepultada con polvo. Multitud de pasajes secretos recorren todo el castillo, el acantilado y, al parecer, también llegan hasta el bosque.

Todo intento de modificación puede verse obstaculizado por las mismísimas paredes, puesto que toda la fortaleza está saturada de magia oscura, contaminada de algún modo, como si una parte de la obra estuviese contuviese piedra de disformidad, o como si en las profundidades de la tierra, debajo del castillo, hubiese una veta de tal mineral. Esto produce extraños efectos en algunos corredores y habitaciones, donde el tiempo y el espacio parecen distorsionados, además de interferir de algún modo en los hechizos que se realizan dentro de la fortaleza.

Lugares de Interés[]

La Biblioteca Negra[]

Esta inmensa cámara abovedada fue excavada en el subsuelo del castillo por la nigromante Immoliah Fey cuando Konrad se hallaba al frente de los von Carstein. La biblioteca es una enorme cámara de forma abovedada, excavada en la roca debajo de Drakenhof, donde las estalactitas penden a dieciocho metros por encima de la cabeza de la gente. Konrad se encargó de aprovisionar la biblioteca, que contiene una de las mayores colecciones de saber arcano del Viejo Mundo, pudiendo rivalizar con cualquier institución de saber en lo tocante a libros de magia y conocimiento antiguo.

Las paredes están cubiertas de polvorientos estantes abarrotados al máximo de grimorios mohosos que contienen peligrosos conocimientos que se remontan a los tiempos de Nehekhara, oscuros textos arcanos, diarios, profecías, códices, divagaciones sagradas, libros con encantamientos de sabiduría oscura, etc... intercalados con numerosos objetos e ingredientes para hechizos. Sin duda, un tesoro de conocimiento arcano: aunque algunos no constituían más que parafernalia supersticiosa, otros eran raros y contiene sabiduría y conocimientos.

La Sala de Entrenamiento[]

Los vampiros prefieren hacerlo todo en el interior de sus hogares, incluso prepararse para la guerra. Aquí es donde los vampiros y los guardias mortales del castillo practican sus dotes de combate. Sus gritos y el entrechocar del acero contra el acero resuenan por toda esta amplia sala iluminada por antorchas.

La Sala de Duelos[]

Una única galería domina este largo pasillo en el que los miembros del clan von Carstein resuelven sus disputas familiares. Las paredes están deterioradas por quemaduras provocadas en algún violento incidente ya olvidado. A veces se celebran justas en esta sala: los vampiros recorren el pasillo con gran estruendo tratando de empalarse mutuamente con sus lanzas de caballería en un intento por atravesarse el corazón y saldar viejas deudas, o simplemente para matar el tiempo en los días soleados.

El Gran Salón[]

Corte Vlad

Es en esta estancia donde los señores von Carstein gobernaban su oscuro reino e impartían su justicia. El salón dispone de un inmenso y abovedado techo que casi se pierde de vista en lo alto, desde donde cuelgan gigantescas lámparas de arañas de cristal.

Dispone de dos galerías superiores, cuyas barandillas tenían postes tallados en forma de seres humanos esqueléticos. Las galerías estaban diseñadas para mostrar la grandeza del salón principal y el trono de obsidiana de la corte. Además desde allí se podía dominar esta cámara, ya que un vigilante podía ver las idas y venidas de la corte del conde sin que lo vieran. El suelo estaba cubierto por un mosaico que había sido destrozado y en el que había figurado el símbolo heráldico del señor del castillo.

En el salón descansa el gran trono que ocupaban los condes sylvanianos de antaño. Estaba tallado en obsidiana y madera de ébano muy pulida, incrustado con adornos con forma de calavera, y cada una tenía rubíes a modo de ojos. El respaldo del trono imitaba las alas de un gran murciélago o un dragón. Se dice que todo el que se sienta en él está protegido contra ataques y escrutinios de naturaleza mágica. Desde el trono, el conde juzga todos los casos que se le presentan, desde cargos de traición hasta disputas territoriales entre vecinos enfrentados, aunque la brutalidad de sus veredictos es tal que muchos prefieren no tener que recurrir a él. A lo largo de los siglos este salón ha sido testigo de suntuosos banquetes, espectáculos exóticos y horripilantes atrocidades, y a veces todo en la misma noche.

El Foso[]

En el centro de la extensa mazmorra subterránea del Castillo Drakenhof hay un foso de gladiadores en el que se enfrentan prisioneros y bestias para diversión de la audiencia. Los prisioneros destinados a este cruel divertimento eran sacados de las mazmorras cercanas conocidas como Jaulas de las Almas, y eran arrastrados hasta el corredor, debiendo subir por su propio pie a los pozos de lucha, cuyas paredes había imágenes de Morr y los suelos de mosaico estaban dominados por almas sin nombre.

A esta sección se la denominaba como el Paseo Largo, y esta denominación tenía un doble sentido. Se debía no solo al largo recorrido que debían dar los condenados hasta la superficie mientras son reclamados por los vampiros, sino que también estaba dominado por el obsesivo eco de sus pasos, junto al sordo susurro de los muertos que recorrían para siempre las paredes de piedra arenisca de los túneles, haciéndolo aún más largo.

El pozo de lucha es enorme y había sido cavado en la roca viva. Sobre la arena manchada por la sangre de cientos de hombres cuelgan estalactitas y estalagmitas. La arena de combate está rodeada por enormes muros de piedra, desde donde parten las inmensas tribunas y gradas de asiento que van ascendiendo paulatinamente por las paredes casi hasta llegar a la estalactita más larga.

El Altar Subterráneo[]

Un enorme altar de basalto construido por orden de Konrad que dominaba la plataforma central de los subterráneos. El borde exterior del altar habían tallados dos canales por donde se derramaba la sangre de las victimas sacrificadas a la locura de Konrad. Tal era su vanidad que detrás del altar estaba la burla más grandiosa de todas, los restos de la fachada de un templo sigmarita. En los vitrales rotos quedaban trozos de cristal de color con la imagen del hombre-dios y sus milagros. En la pared hemisférica se habían tallado hileras y más hileras de bancos y pasillos para crear un gran anfiteatro de piedra.

La Galería de Retratos[]

En los niveles superiores del Castillo Drakenhof hay un estrecho corredor en el que se exhiben los retratos que delatan la vanidad de los von Carstein. Las cortinas de terciopelo que hay en la entrada dan paso a una hilera de cuadros cada vez más antiguos y valiosos. Muchos de los retratos más viejos han sido pintarrajeados, ya que los von Carstein más jóvenes han sentido la necesidad de dejar su impronta, ya sea acuchillando los lienzos o garabateando las imágenes de sus antepasados en berrinches infantiles.

El Corvario[]

Esta torre, que da al patio donde el personal de cocina arroja los restos, está tan infestada de los omnipresentes cuervos que sobrevuelan el castillo que ya se considera de su propiedad. El eco de sus graznidos se oye constantemente y hay nidos en todos los salientes. Los corvatos hacen acopio de abalorios brillantes, y a veces se envía al Corvario a algún aterrorizado sirviente en busca de una joya o herencia perdida.

Los Aposentos de la Servidumbre[]

En esta parte del castillo, situada sobre las cocinas y el gran salón, viven los criados mortales que atienden las necesidades de su amo. Se considera de mal gusto matar a los sirvientes, especialmente a los que son útiles, ya que un castillo tan grande como el de Drakenhof no se limpia solo. Actualmente se les ha encomendado que limpien el polvo que cubre toda un ala abandonada, pero varios de ellos han desaparecido en ella sin dejar rastro. Trabajar en el castillo Drakenhof no es un oficio seguro, pero sus criados están entre los mortales mejor alimentados de Sylvania.

Fuentes[]

  • Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (7ª Edición), págs. 20-21.
  • Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (8ª Edición), pág. 19.
  • Warhammer Fantasy JdR: Amos de la Noche (2ª Ed. Rol), págs. 88, 90.
  • Novela de la Trilogía de Von Carstein: Herencia, por Steven Savile.
    • Cap. 4: Creciente oscuridad.
  • Novela de la Trilogía de Von Carstein: Dominio, por Steven Savile.
    • Cap. 7: En la corte del conde de la Sangre.
    • Cap. 16: La biblioteca negra.
    • Cap. 20: Las jaulas de almas.
  • Novela de la Trilogía de Von Carstein: Venganza, por Steven Savile.
    • Cap. 5: Negra Isabella.
  • Novela: Matavampiros, por William King.
    • Capítulo 10.
    • Capítulo 11.
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