Entre los más famosos de todos los señores de Sartosa se encuentra la Reina de las Mareas, Aranessa Anja Malasal. A pesar de que sus orígenes están envueltos en el misterio, Aranessa Malasal es una de las capitanas piratas más temidas de Sartosa y una auténtica Reina Pirata.
Descripción[]
En las tabernas llenas de ron de Sartosa corren mil historias sobre Aranesa Malasal. Para algunos es la hija del dios del mar Manann, que nació surgiendo de entre las olas en medio de una sanguinolenta espuma, con un cuerpo adulto ya perfectamente formado. Para otros, es una mutante que se cortó su propia cola de pescado tras ser expulsada de su tribu de Norsca cuando aún era una niña. Hay quien dice que en lugar de sangre por sus venas circula agua de mar y que come como un tiburón y devora a sus amantes. Sea cual sea su origen, lo que no puede negarse es que tiene una gran habilidad con el timón y que nadie disputa su peligrosidad en batalla. Lo que sí puede asegurarse con absoluta certeza es que Aranessa es tan despiadada como el mismísimo océano, y que siempre tiene una más que sospechosa buena suerte.
Aranessa siempre ha tenido una conexión peculiar con el ancestral dios de los mares. Ha navegado hasta los confines del mundo cruzando las más violentas tempestades, y siempre ha salido ilesa. Su corazón no despide la más mínima calidez, y no siente ni una brizna de amor por los hombres. La visión del océano abierto y del brillo de las gemas son las únicas cosas que consiguen alguna vez ablandar su fruncido ceño, y aún así, su tripulación asegura que aquellas ocasiones en las que la capitana se digna sonreír son como la calma que precede a la tormenta.
La tripulación de su Pez Espada está formada por un centenar de matones y bandidos. Su barco tiene una fuerte temática marina muy apropiada para la hija de Manann, con coronas de conchas y dientes de monstruos marinos decorando el casco, banderas de algas y una gran aleta en lugar del timón. Otros detalles característicos son los cuernos de una ballena unicornio en los mástiles, el espolón de proa hecho con una enorme bestia marina y un cráneo de gigante marino con joyas colosales en las cuencas de sus ojos.
Historia[]
La verdadera historia de cómo Aranessa Malasal se convirtió en una marinera tan experta empieza en las gélidas aguas del lejano norte. Aranessa nació en el seno de la familia gobernante de Skjold, un asentamiento costero de Norsca. Su padre, el caudillo del lugar, era un orgulloso rey guerrero que suspiraba por tener un sucesor fuerte, y que por tanto no se alegró precisamente al ver que su esposa embarazada le había proporcionado una hija en vez de un hijo. Aún peor, la niña había nacido con una terrible mutación: sus piernas estaban unidas por debajo de la rodilla, llenas de escamas y convertidas en una grotesca cola espinosa similar a la de un pez.
Las mutaciones físicas siempre han supuesto una sentencia de muerte entre la despiadada tribu de Aranessa. Cualquier bebé que nace con alguna mutación es arrojado de inmediato al mar desde el acantilado más alto.
Milagrosamente, no obstante, Aranessa sobrevivió a esta "tradición". Fue transportada por un gran banco de peces daga hasta orillas de una paradisíaca isla de arenas doradas, donde fue recogida y criada en una cueva por un trío de Ninfas Marinas. La niña creció fuerte gracias a una dieta de cangrejo y algas, y antes de llegar a los diez años de edad ya estaba usando una lanza para cazar tiburones, rayas chupasangre y sirenantícoras. Su cueva, decorada con centenares de conchas, se iba llenando poco a poco con los regalos que el mar traía hasta la orilla con cada nuevo amanecer. Era como si cada luna llena un nuevo galeón fondease cerca de la isla, e inexplicablemente acabase naufragando. La joven Aranessa absorbía ávidamente hasta el último fragmento de información proporcionado por todos aquellos navíos misteriosamente siniestrados.
Finalmente, Aranessa acabó cansada de la vida de aislamiento que llevaba, y decidió reunirse de nuevo con la humanidad que había dejado atrás hacía tanto tiempo. No obstante, sabía muy bien que una mutación como la que padecía probablemente le costaría la persecución y la muerte; y así, tras emborracharse con una gran cantidad de ron, Aranessa apretó los dientes y se amputó con un machete sus extrañas piernas en forma de cola. Tras ello, y sin proferir apenas un gimoteo, se cauterizó los muñones y se colocó unas piernas postizas que había creado a partir de los morros dentados de un par de peces sierra, asegurándolas con algunos cinturones de cuero que había encontrado en el camarote del capitán de un rico galeón mercante hundido recientemente. Limpiando constantemente sus heridas con agua salada, en menos de una semana Aranessa descubrió que ya podía caminar. Con un permanente gesto ceñudo oscureciendo un tanto sus hermosas facciones, se aventuró hacia mar abierto en un bote de remos que había aparecido embarrancado en la playa. Cuando apenas habían pasado tres noches, Aranessa fue recogida por un galeón pirata errante, de nombre Pez Espada.
Con su total mutismo, sus piernas postizas y su actitud más que extraña, la muchacha despertó una gran curiosidad entre los marineros de a bordo, que no obstante comprobaron enseguida que no se arredraba ante nada, y que cualquiera que le tocara aunque fuera un pelo podía acabar con la garganta rajada. Cada día trepaba hasta lo más alto de los mástiles para ejercer de vigía, un puesto en el que demostró tener una visión absolutamente privilegiada.
A lo largo de la década siguiente, Aranessa aprendió a maldecir e insultar igual que un marinero, a luchar igual que un pirata, y a conocer los mares igual que un erudito. Absorbió como una esponja marina todo lo que había que saber sobre el arte de la navegación, y empezó a ascender rápidamente de rango entre la tripulación del Pez Espada. Aranessa hacía diana con cada cañonazo que disparaba, vencía en cada duelo en el que se batía, y lograba encontrar jugosos tesoros al final de cada ruta que trazaba. Empezó a ser considerada una especie de "amuleto de la suerte" del barco, para luego convertirse en su primer oficial, y finalmente acceder al rango superior de comandante (cuando el capitán fue devorado por una bandada de gárgolas marinas). Con el paso de los años se ganó el sobrenombre de "Malasar" por su carácter seco y su crueldad a la hora de dar caza a los navíos de guerra de Norsca (hasta el punto de que incluso su propia tripulación solía invocar a Manann para que los protegiera de la ira de su capitana).
Cuando la Flota Imperial se acercó al Pez Espada, ofreciendo a Aranessa una patente de corso para convencerla de que se sumara a la guerra contra el Caos, la capitana abrió fuego contra los barcos Imperiales, pues no estaba dispuesta a volver a comprometerse jamás con ningún otro hombre, ni vivo ni muerto.
Sin embargo, en los garitos de juego de Sartosa, Aranessa Malasal acabó aceptando unirse a la causa del Capitán Roth. Ya había oído hablar del Conde Noctilus, y había estado teniendo una serie de perturbadores sueños que parecían indicar que Manann, el Padre del Mar, deseaba que alguien acabase con la lacra de aquel Vampiro que asolaba los océanos. Aún mejor, el Capitán Roth era un hombre tremendamente rico. Así pues, sobre una barrica del más delicado ron tileano, el trato fue cerrado. El Pez Espada y su tripulación navegarían junto con El Heldenhammer hacia aguas inexploradas, esperando erradicar al Conde Noctilus de una vez por todas.
Total War: Warhammer[]
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Cuidado, la información procede de un videojuego, por lo tanto su validez puede ser exclusiva solo del videojuego.
Este artículo contiene información de Total War: Warhammer II
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Aranessa al mando de los Piratas de Sartosa y los otros lideres de la costa del vampiro (Luthor, Noctilus, Cylostra) han iniciado una carrera contra el tiempo para hacerse con el Arpón de Metal de las Estrellas y usarlo para mata al Merwyrm Amanar para reanimarlo como no muerto y usarlo para controlar el mar.
Imágenes[]
Fuentes[]
- Manual de Dreadfleet, págs. 50-51.
- White Dwarf 198, pág. 20.
- Total War: Warhammer II - Curse of the Vampire Coast.