
Todos los artesanos se inician en su oficio trabajando como aprendices. De esta forma aprenden las habilidades necesarias para su oficio, ganándose a la vez la manutención. Desgraciadamente, en la mayoría de los casos trabajan durante muchas horas por una escasa recompensa, y se encargan de todos los trabajos duros y desagradables. Además, pueden tener la desgracia de que su maestro sea un incompetente o un borracho, o tenga mal genio.
Los aprendices que dejan a sus maestros antes de completar su aprendizaje no tienen un oficio con el que ganarse la vida, y muchos acaban convertidos en vagabundos o aventureros.
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Fuente[]
- Warhammer Fantasy JdR 1ª Edición, pág. 21.