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Este artículo contiene información de Total War: Warhammer III
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El Alma de la Perdición es un conocido Cañón Infernal al servicio tanto de los Guerreros del Caos como los Enanos del Caos.
Descripción[]
Parte Demonio, parte máquina de guerra, un Cañón Infernal es una enorme construcción de metal que gruñe y se agita con una conciencia demoníaca. En la batalla, estas máquinas arcanas lanzan explosiones crepitantes de energía pura que surcan el aire hacia el blanco, licuando todo lo que tocan y enloqueciendo de terror a los supervivientes. Los Cañones del Caos son guiados por un equipo de Enanos del Caos sádicos y corruptos. Estos malignos guerreros escoltan y mantienen bajo control a los Cañones Infernales durante la batalla, ya que los Demonios encerrados en su interior ansían un banquete de carne. La sed de sangre del Cañón Infernal es tan grande que ha de ser encadenado al suelo para impedir que se abalance sobre las líneas enemigas. Incluso estas precauciones a menudo resultan ineficaces, porque hay pocas cosas que puedan contener el ansia de destrucción de un Cañón Infernal. Los Enanos del Caos lo cargan brutalmente, echando paladas de cadáveres en la caldera del Cañón Infernal. La carne se funde como la cera cuando el fogón de la máquina-demonio se da un festín con los huesos y la carne. En poco tiempo, solo quedan las almas de las víctimas, que se canalizarán hacia la garganta del Cañón Infernal como rayos de energía y serán lanzadas contra el enemigo con espasmos de increíble malicia.
El infame Cañón Infernal conocido como el Alma de la Perdición ha sido visto luchando tanto en ejércitos de los Guerreros del Caos como de los Enanos del Caos. Las sobrenaturales energías del Caos distorsionan las leyes de la naturaleza para dotar a este Cañón Infernal con una gran velocidad de disparo y unos proyectiles más letales.