En el Valle de la Oscuridad Alberich von Korden es temido y respetado a partes iguales. En un primer momento se le asignó perseguir la corrupción entre los muros de Altdorf, por lo que pasó la primera década de su carrera dando caza y ejecutando traidores al Imperio que acechaban en la mismísima capital. Destacó en esta tarea, ajusticiando tanto a plebeyos como aristócratas depravados en su cruzada para erradicar la lacra del Caos del seno del Imperio. Se granjeó poderosos enemigos y se murmuraba que estaba tan embebido en sangre que ya no discernía a culpables de inocentes. Dichos rumores eran más ciertos de lo que el Culto de Sigmar estaba dispuesto a admitir.
Lo único que salvó a von Korden del ostracismo fue su asignación a Sylvania emitida por el Emperador Karl Franz en persona. Desde entonces ha luchado incansable contra el mal que habita el reino. En la actualidad von Korden cuenta con contingentes de hombres leales por todo el valle. Disparar en el ojo al Vargheist de Templehof con una bala de plata y arrastrar su cadáver a la pira es algo que te hace ganar apoyo popular. Ciertamente, si ha medrado en Sylvania se debe a que allí la línea entre el bien y el mal está mucho más clara que en la corte Imperial. Cuenta en su haber con tres muertes confirmadas de vampiros, cuyas cabezas conserva como trofeos a su maestría, y asegura que, antes de que el año termine, la calavera de Mannfred von Carstein será una más. Es esta letal determinación la que le ha dado aliados a von Korden, desde guardias de caminos a la Orden Blanca de Templehof; una tríada de magos excéntricos asentados al este del valle, que ven en el Cazador de Brujas del Imperio una potencia benévola y le han hecho entrega de un anillo mágico que repele a las criaturas de las tinieblas.
Fuente[]
- Campaña: Sangre de Sigmar.