La Abadía Roja era un monasterio sigmarita situado al borde de las Montañas del Fin del Mundo, donde pasó desapercibida a la purga de sacerdotes de Vlad. Los monjes se consideraron bendecidos por el aura santa de Sigmar, hasta que Konrad subió al poder y les demostró su error. Y no sólo se equivocaron al pensar que ningún vampiro podía poner pie en suelo sagrado, sino también al no reparar en que su devoción no les protegería de los zombies reanimados por los siervos nigromantes del vampiro. Los monjes de la Abadía Roja fueron masacrados, y Konrad quedó satisfecho con el trabajo.
Posteriormente, la maldición de Sylvania impidió que los habitantes de la abadía disfrutasen de su merecido descanso, y los restos esqueléticos de los monjes aún deambulan por las estancias de la abadía mientras su campana anuncia las horas con tañidos que ningún mortal puede oír.
Fuente[]
- Warhammer Fantasy JdR: Amos de la Noche (2ª Ed. Rol), págs. 87-88.