Según los mortales, en el año 2520 CI Tzeentch envió a Kairos Tejedestinos a robar los doce artefactos encantados antaño poseídos por los compañeros de Gilles el Bretón. Tan importante era este objetivo para Tzeentch que envió la mayor parte de sus ejércitos al plano mortal.
De este modo comenzó el Año de la Aflicción de Bretonia, durante el cual las tumbas de sus guerreros fueron saqueadas, los pueblos cercanos arrasados y miles y miles de bretonianos, tanto de clase alta como de clase baja, murieron a manos de los tentáculos de los Demonios de Tzeentch. Los castillos no proporcionaban defensa, ya que sus piedras se desplomaban fácilmente ante los hechizos de los Horrores Rosas, o transmutados por las llamas disformes de los Incineradores. Solo podía encontrarse refugio en los templos del Grial, donde el poder de la Dama del Lago era fuerte. La situación empeoró porque, con cada artefacto recuperado, los Demonios de Tejedestinos se hacían cada vez más fuertes. En las batallas iniciales de Montfort y Quenelles, las lanzas de caballería y el valor de los caballeros bretonianos causaron enormes bajas en la hueste demoníaca. Cuando consiguieron apoderarse de ocho de los artefactos, solo los Duques más valerosos consideraban irrumpir en el campo de batalla. El duodécimo mes, cuando a Kairos solo le quedaba apoderarse de un artefacto, el Rey Louen Leoncoeur arriesgó sus fuerzas y perdió muchas más batallas de las que ganó.
La batalla final del Año de la Aflicción fue la del Asedio de Mousillon, ya que en esta ciudad se hallaba el último artefacto. En el cenit del asedio, los ejércitos bretonianos efectuaron una última salida contra sus atacantes. Entretanto, la ayuda llegó del modo más inesperado. Nurgle se sentía muy complacido con Mousillon, porque había sido la tierra fértil de muchas de sus plagas favoritas y no podía soportar la idea de que su ciudad favorita fuese erradicada por los servidores del odiado Tzeentch, de modo que liberó a sus propios ejércitos. Desconociendo las dimensiones de la batalla que se estaba librando, los bretonianos no mostraron clemencia aquel día. Para ellos, se trataba de un ejército de Demonios luchando contra sí mismo, así que aniquilaron a todos los que se pusieron ante sus lanzas. Ku'gath, el Padre de la Plaga, golpeó a Kairos Tejedestinos hasta convertirlo una ruina emplumada para, a continuación, encontrarse a sí mismo rodeado de docenas de lanzas bendecidas. La destrucción de los líderes demoníacos hizo que ambos ejércitos se desvaneciesen, probablemente para continuar el combate en un territorio más familiar dejando tras de sí un campo de batalla lleno de cadáveres y los artefactos que Tejedestinos había venido a saquear.
Fuente[]
- Ejércitos Warhammer: Demonios del Caos (8ª Edición).