Ídolos Erráticos de Gorko (o quizás Morko)

"La manifestación del poder del dios brutal pero "aztuto" (o "aztuto" pero brutal), vinculada a excrementos y magia chamánica, ligado al excremento y la magia chamánica"

—Descripción Total War: Warhammer II

Los Ídolos Erráticos de Gorko (o quizás Morko) o solo Ídolos Erráticos (Rogue Idol of Gork and Mork en ingles); son poderosos Constructos Mágicos con la capacidad de aplastar a caballeros con armadura, derribar murallas y cualquier otra cosa que se interponga en su camino con sus brutales puños.

Descripción[]

Ya estén aplastando caballeros con armadura, los muros de una ciudad y casi cualquier cosa que se interponga en su camino con sus brutales puños, los Ídolos Erráticos son la encarnación viva del espíritu del ¡Waaagh!; toscas efigies de enormes piedras creadas con la forma de los dioses pieles verdes y animadas con su poder arcano. Las flechas y las espadas se rompen y se deterioran en sus cuerpos pétreos a medida que los Ídolos van creando brutalmente un camino de destrucción a través de un ejército, casi inmunes al daño que van recibiendo, ya que carecen de músculos y tendones de cortar y de sangre que derramar.

Formados con piedras y desechos de los campos de batalla toscamente apilados, son incomprensiblemente apestosos y están embadurnado con consignas y glifos obscenos. Algunos no son muy grandes, pues los Orcos están tan ebrios por el deseo de luchar que no suelen dedicarle mucho tiempo a la construcción de uno de ellos, pero cuando se reúnen las suficientes Tribus Pieles Verdes para formar un ¡Waaagh!, como se denominan a los más poderosos ejércitos Orcos, los Ídolos pueden crecer hasta alcanzar proporciones inmensas, como si uno de los dioses pieles verdes viniera a presenciar la carnicería de su chikoz están a punto de desatar.

En la guerra, los Ídolos Erráticos se lanzan sobre casi todo, avanzando implacablemente hacia delante, con los miembros del tamaño de troncos de árboles y una sonrisa malévola en sus caras lascivas. No precisan ni de comida ni de descanso pues nunca se agotan y siguen hacia adelante, destrozando a la primera unidad enemiga que se encuentran, para luego aplastar a la segunda, y después hacerle lo mismo a la siguiente, y luego la siguiente, y así sucesivamente hasta que todo ejército enemigo esté totalmente arrasado o sus supervivientes hayan huido.

Tal es la naturaleza errática de estos monstruos y el poder voluble que los anima, que aunque fueron creados con el poder de los Chamanes Orcos, su control sobre ellos es tenue en el mejor de los casos, y que a menudo arrasan todo a su alrededor, derrumbándose cuando la magia que les anima mengua sólo para volver a reformarse de nuevo a sí mismos cuando los Vientos de la Magia se desatan con fuerza, algo que no suele ocurrir hasta dentro de unos años o incluso siglos más tarde. En esos momentos, a menudo la única manera de detener un Ídolo es que un poderoso hechicero lo controle, pero sin una batalla en la que pueda dar rienda suelta a su furia, su dominio sobre la criatura es como mucho bastante impredecible.

Ídolos Erráticos de Gorko (o quizás Morko)

Sumario

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